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Aún invisible después de tres años

La Defensoría de la Igualdad apenas ha atendido un centenar de casos desde su creación en 2006 - Maite Erro: "Necesita tiempo para funcionar a tope"

La Defensoría de la Igualdad de Mujeres y Hombres fue presentada en mayo de 2006 ante el Parlamento como un órgano "funcional, visible y accesible". Era una institución sin antecedentes en el sur de Europa, mimada por el lehendakari Ibarretxe. Tres años después, la institución no ha conseguido salir del anonimato, pese a ver duplicada hace un año su asignación presupuestaria. A la espera del informe sobre sus actuaciones de 2008, la Defensoría, dirigida por Maite Erro, se mantiene en una línea de intervención casi testimonial, muy criticada por la oposición.

Esta institución independiente, vinculada a Emakunde, se encontraba entre las apuestas de Ibarretxe en su último mandato. Fue creada para respaldar a los ciudadanos en casos de discriminación por razón de sexo en el ámbito privado, sobre todo en el terreno laboral. Como ejemplo de esta discriminación, Erro reiteraba la semana pasada que el 30% de las trabajadoras cobran sueldos inferiores a sus compañeros masculinos por realizar la misma tarea. "Sólo un tercio de los altos cargos son mujeres, cuando el porcentaje de graduadas en la universidad ha superado desde hace años al de jóvenes licenciados", apuntó en la presentación de la primera campaña que lanza en estos tres años de vida.

Insatisfacción en los partidos de la oposición y grupos feministas

Las estadísticas van por un lado y las actuaciones de la Defensoría, por otro. En estos primeros años de andadura, la burocracia ha podido con la gestión, a tenor de los informes presentados por Erro ante los parlamentarios. Su primer plan, con una proyección a un lustro, se conoció en febrero de 2007 y fue recibido con un margen de confianza, aunque la parlamentaria socialista Esozi Leturiondo le recalcó en la Cámara que no sabía ni "para qué está, ni tampoco para qué no está" la Defensoría de Igualdad. Aquella primera presentación fue criticada por el PP y EHAK.

Dos años después, tras atender poco más de 100 denuncias, vinculadas al mundo laboral, pero también al asociativo o al festivo, la Defensoría se mantiene en lo casi anecdótico. Y las dudas sobre su utilidad y rentabilidad van tomando peso.

Los informes presentados por Erro reúnen datos sociológicos sobre la desigualdad que sufren las mujeres y un pormenorizado recorrido por las actuaciones para poner en marcha la Defensoría. Tardó dos años en pedir al Parlamento un aumento en la dotación económica para darse a conocer entre los ciudadanos. A falta del balance sorrespondiente al pasado ejercicio, Erro reconoce que todavía no se han cumplido las expectativas iniciales: "A mí también me gustaría que hubiese más consultas, pero una institución como ésta necesita un tiempo para funcionar a pleno rendimiento".

Con seis trabajadores y un presupuesto anual de 1,6 millones de euros, ha atendido desde mayo de 2006 poco más de un centenar de solicitudes, un tercio de las cuales se derivan a otras instituciones. Entre estas intervenciones se encuentran una relativa a una canción de contenido vejatorio para las mujeres de difusión gratuita en Internet, que la Fiscalía desestimó, o una queja de una agrupación de empresarias alavesas por las dificultades para integrarse en Confebask. También ha tramitado una protesta de la Asamblea de Mujeres contra la decoración de una barraca en las fiestas de Bilbao -representaba a mujeres torturadas- o la no admisión de socias en algunas sociedades gastronómicas.

La valoración de los grupos del Parlamento, a excepción de los del tripartito, supera por lo alto la insatisfacción. Mientras, fuentes del movimiento feminista echan en falta más presencia pública y una mayor intervención en el ámbito laboral: "No está mal lo de las sociedades gastronómicas, pero hay que actuar respecto a las sociedades anónimas y limitadas".

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