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Ejecución presupuestaria

La presión fiscal cae al 33% del PIB por el bajón de ingresos y el plan anticrisis

El peso de impuestos y cotizaciones alcanzó en 2008 el mínimo en una década

Alejandro Bolaños

La crisis hizo de 2008 un año de transformaciones radicales. Un vuelco que se dejó notar en las cuentas públicas. Después de tres ejercicios consecutivos de superávit, el saldo positivo de los Presupuestos al cierre de 2007 (2,2% del PIB) tornó en un abultado déficit 12 meses después (-3,8%). El bajonazo en la recaudación de impuestos se refleja también en la presión fiscal: tras seis años de crecimiento ininterrumpido, en 2008 descendió al 33% del PIB, el nivel más bajo en una década.

El peso de los ingresos públicos por impuestos y cotizaciones sociales sobre la actividad escaló en la pasada legislatura a un ritmo intenso (del 34,5% al 37,1% del PIB), que muy pocos, entre los países avanzados que integran la OCDE, superaron. El crecimiento económico se transformó entonces en una recaudación aún mayor de impuestos, por la estructura progresiva de los tributos y los réditos del boom inmobiliario.

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España, una de las grandes economías con menor presión fiscal, recortó distancias con la zona euro (41%) en esos años. Pero en 2008, según datos elaborados a partir de las series estadísticas de la Invervención General de la Administración del Estado, el peso de impuestos y cotizaciones sobre el PIB se desplomó.

La última actualización de datos sobre operaciones de las administraciones públicas, reflejada ayer por el portal elconfidencial.com muestra que el peso del total de los ingresos públicos sobre el PIB bajó en 2008 al 36,6%, frente al 41% que alcanzó en 2007.

En el cálculo de la presión fiscal, según los criterios que siguen la OCDE y la UE, la definición es algo más estricta y se limita a impuestos y cotizaciones sociales. Según las partidas que se usaron para el cálculo oficial de la presión fiscal en 2007, los ingresos por impuestos y cotizaciones sumaron 356.312 millones el año pasado, equivalentes al 32,54% del PIB. Quedaría por añadir la recaudación destinada a financiar los presupuestos de la UE. El dato no se explicita en la serie, pero en los tres últimos años ha rondado el 0,33% del PIB. A falta de la cifra, la presión fiscal se sitúa con este cálculo en el 32,87% del PIB, algo menos de lo previsto en el Programa de Estabilidad que el Gobierno envió a Bruselas en enero.

La diferencia de ingresos entre 2007 y 2008 ronda los 30.000 millones de euros, y se debe en exclusiva a la caída en la recaudación de impuestos. La crisis originó buena parte de esa merma de recursos, aunque el Ministerio de Economía subrayó en el cierre presupuestario de 2008 el impacto de sus iniciativas fiscales, la mayoría contra la crisis. Según sus cuentas, medidas como la desgravación de los 400 euros en el IRPF, el cheque bebé, o el recorte de tipos tras las reformas del impuesto sobre la renta y el impuesto de sociedades, entre otras, explican casi 20.000 millones de ese bajonazo recaudatorio.

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