El placer de leer

Tengo un problema con Martín Garzo y con los artículos que escribe en EL PAÍS. La verdad es que el problema principal lo tengo con los libros que comenta. Desde hace ya algunos años sigo a Gustavo Martín Garzo en los artículos del periódico y cada vez que lo leo, una vez al mes más o menos, automáticamente pienso en los 20 o 25 euros que esa misma tarde me voy a gastar, voy a invertir, en las obras que comenta. Ya son varios años así y no he podido resistir más expresar por escrito la angustia que siento hoy al terminar de leer la página en la que nos habla con dulzura de Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé, premio Cervantes.

Estoy a fin de mes y no tengo un duro en el bolsillo. No puedo comprar más libros. Esto me ocurre un 23 de abril, lo sé, pero no hay remedio. Esperaré al mes de mayo.

Quiero agradecer a Gustavo Martín Garzo el placer que me proporciona cada vez que me habla de un libro. Disfruto de la obra antes de tenerla en las manos, antes de acariciar las páginas entre los dedos y antes de sentir el aroma del papel. Espero leerte y releerte hasta que me arruine. O hasta que dejes de hablar de libros.