Salgado y Castells revisan la cifra y el modelo de financiación
El deshielo en las relaciones entre el Gobierno y la Generalitat, iniciado el martes en Barcelona con una reunión entre el presidente catalán, José Montilla, y el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, tuvo ayer su segundo capítulo en Madrid con el encuentro entre el consejero de Economía, Antoni Castells, y la vicepresidenta segunda económica, Elena Salgado, que para Castells es "quien habla en nombre del Gobierno" en materia de financiación autonómica.
La reunión, que no llegó a dos horas, finalizó sin que se anunciaran grandes avances, pero el Ejecutivo de Zapatero aceptó renegociar tanto el modelo como la cifra resultante para Cataluña, tal como quería el tripartito, según fuentes conocedoras del encuentro. Castells reconoció ante los medios que el encuntro sirvió para "reabrir las cuestiones que habían quedado bloqueadas con Pedro Solbes".Pese a destacar su alta consideración por el anterior vicepresidente económico, Castells lamentó los "avances insuficientes" que se han producido hasta hoy desde que Solbes presentó la última propuesta del Gobierno, en diciembre, en las dos cuestiones que el tripartito juzga fundamentales para que se cumpla el Estatuto: el modelo y la cuantía que se desprende para Cataluña, aunque el texto estatutario no habla de cifras.
"Hemos reabierto estas dos cuestiones y buscado vías de avance, ahora hay que trabajar de forma rápida y densa" para lograr un acuerdo lo antes posible, declaró el consejero. Si puede ser en mayo, como quiere el Gobierno, mejor, aunque para el tripartito la única fecha válida era la que rezaba en el Estatuto: el 9 de agosto.
Castells confía en lograr un pacto. "Sí tengo que decir que de mi conversación con la vicepresidenta he interpretado, y estoy totalmente de acuerdo, que lo importante no es cómo se redistribuye entre las comunidades el dinero adicional que ponga el Gobierno, sino el conjunto de los recursos, lo que requiere cambios sustanciales a lo que se ha planteado hasta ahora", destacó el consejero socialista.
Cataluña no tolerará que, tras el reparto solidario del dinero, quede por debajo de la media en recursos por habitante, como sucede ahora, que antes de que se aplique el mecanismo de nivelación tiene unos recursos per cápita el 21% superiores a la media (con datos de 2006) y luego se queda seis punto por debajo. Y eso pasa necesariamente por que se quede con más parte del nuevo pastel.
El consejero de Economía rehuyó -como siempre- hablar de cifras, más allá de las publicitadas en su momento por el consejero de Interior, Joan Saura (1.200 millones de euros el primer año, éste; 1.600 el que viene, y 2.000 el tercero). "Para Cataluña, la cantidad se desprende del modelo", insistió.
La nueva vicepresidenta dejó claro que trabajará para que se alcance un acuerdo en mayo, siempre que cuente con unanimidad. Dicho en otras palabras, si Cataluña se opone, no habrá pacto. Hay que suponer que eso también vale para cualquier otra comunidad.
Es la primera vez que el Gobierno lanza este guiño a Cataluña en público. Castells siempre ha dicho, y ayer se encargó de recordarlo, que un nuevo modelo de financiación autonómica sin Cataluña "sería un gran fracaso para el Gobierno".
El sistema vigente, pactado en 2001, cuenta con unanimidad, pero el anterior, de 1996, no fue refrendado por todas las autonomías.
Elena Salgado tiene intención de convocar al Consejo de Política Fiscal y Financiera -órgano que reúne al Gobierno con todas las comunidades- en mayo para cerrar el tema, pero no lo hará sin el acuerdo de todas. Salgado lanzó este mensaje por la mañana, aprovechando su primera comparecencia en el cargo, informa Concha Martín. Por la tarde, tras la reunión con Castells, no realizó ninguna declaración, lo que demuestra que los avances fueron tímidos. La ministra sólo comparece cuando tiene algo concreto que contar, aseguran fuentes de su entorno, y ayer no fue el caso.
Sobre la cuantía, Salgado dio por válida la cifra de 8.000 millones que propuso Solbes y que Chaves consideró el martes "insuficiente".
"Somos flexibles"
Lo dijo cuando el pasado invierno se comenzaron a mover las negociaciones para la financiación y ayer lo reiteró una vez comprobado que el Gobierno vuelve a priorizar ahora un acuerdo sobre este asunto. "El Gobierno catalán es flexible y no maximalista", dijo ayer el presidente de la Generalitat, José Montilla.
El Ejecutivo catalán está dispuesto a negociar y rechaza estar enrocado en posiciones irreconciliables con el Gobierno central, pero Montilla insistió en que ahora son necesarios "hechos" y recordó que en los últimos meses se ha plantado varias veces ante ofertas "insuficientes". En declaraciones a Catalunya Ràdio, aseguró que tendrá flexibilidad, pero que exigirá el cumplimiento "ajustado" del Estatuto.
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