Griñán propondrá reformas de fondo para combatir el desempleo

Por segunda vez en sus 27 años de historia, el Parlamento andaluz acoge hoy la investidura de un nuevo presidente de la Junta de Andalucía a menos de la mitad de la legislatura. Las medidas contra la crisis y a favor del empleo serán uno de los ejes del discurso del candidato socialista José Antonio Griñán, quien sustituirá a Manuel Chaves tras renunciar al cargo por su nombramiento como vicepresidente tercero del Gobierno central.

Griñán (Madrid, 1946) lleva días preparando su compromiso de gobierno para los tres años que restan de mandato. Ha escrito su discurso a mano y luego lo ha pasado al ordenador, contrastando ideas con su equipo de la Consejería de Economía y Hacienda. Según fuentes próximas al aspirante, Griñán propondrá hoy en el Parlamento "un marco de reformas estructurales" para luchar contra la crisis económica y su efecto más negativo, la destrucción de empleo. Un cambio que va a basar en siete líneas: la reforma de la Administración, la seguridad jurídica, la libre competencia, la innovación, la sostenibilidad, la igualdad de oportunidades y el diálogo social. Son medidas, como la liberalización de los servicios, que quiere pactar con los sindicatos y la patronal, pero también con los partidos.

Los delegados de la Junta tendrán más poder de decisión en las provincias

El candidato quiere marcar con su intervención un "discurso del cambio", señalaron las citadas fuentes, en el que, sonará muy fuerte, su apuesta decidida por la educación. Griñán dejó dicho en el comité director del PSOE, que le votó a mano alzada como sustituto de Chaves, que la educación es "la principal política económica". Y no quiere que eso quede como una frase hecha como las que suele coleccionar. "La prioridad por encima de todo es la educación", insisten.

También apostará por la descentralización política y administrativa de la Junta de Andalucía. Según fuentes del PSOE, el futuro presidente persigue dar a los delegados del Gobierno andaluz en las provincias no sólo mayor perfil político, sino capacidad en la toma decisiones que afectan a sus territorios, de manera que no sean los directores generales de la Administración central los que acuerden algunas medidas. Griñán quiere como presidente establecer más cercanía con las provincias orientales, especialmente, Almería, Granada y Málaga, donde el avance del PP, sobre todo en el litoral, es más que notable. Y propondrá medidas de descentralización política respecto a los ayuntamientos.

Aunque dará a conocer su gobierno el próximo jueves, Griñán va a prescindir de las dos vicepresidencias como las que creó Chaves. Aún no tiene decidido si mantendrá el mismo número de consejerías (14), pero son mayoría los que piensan que mantendrá intacta esta estructura, si bien habrá competencias que pasen de una cartera a otra.

El modo en que Griñán formará su gobierno es toda una incógnita. Antes con Chaves, los socialistas sabían más o menos cómo era el proceso y, lo que es más importante, quiénes estaban cerca del presidente y de las personas próximas a los que estaban cerca del presidente. Ahora no. Aún sí, pronostican que habrá pocos cambios, es decir, ceses, y tiene dos huecos muy potentes (Presidencia y Economía) para romper con el hándicap del continuismo con Chaves. Una de las incógnitas es si el vicesecretario general del PSOE, Luis Pizarro, al igual que su homónimo federal, entrará en el Gobierno andaluz y si habrá algún fichaje sorpresa que contrarreste la idea, muy extendida, que la operación Chaves-Griñán la ha ganado de calle Pizarro.