El Bloque exige al presidente electo que "comience a decir la verdad"

Silencio. Esta es la palabra que cerró casi todos los apartados del discurso del portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich. Silencio en políticas de empleo, en turismo, en energía, en sociedad de la información y en política pesquera. Aymerich reprobó ayer que el futuro presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, obviase estos temas en su discurso de investidura y lo apremió a "concretar el contenido, el presupuesto y el calendario" de sus propuestas de Gobierno.

Alberto Núñez Feijóo inició el martes su discurso de investidura con la promesa de no "restaurar ningún pasado". Pero Aymerich insistió en que el futuro presidente se caracteriza precisamente por eso, por tener un pasado vinculado a los gobiernos de Aznar y Fraga. "Feijóo no se puede presentar como un candiato inmaculado, como un gestor neutral que nos va a sacar de la crisis", denunció.

"Para Feijóo, la política es estar al servicio del pago de favores"

El portavoz nacionalista y candidato a dirigir el BNG, que pronunció su discurso ante un único dirigente de su partido en la tribuna, el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, arremetió contra las intenciones que atribuyó al presidente electo: "Para usted la política no es estar al servicio del público, sino al pago de favores". Por eso, se preguntó si Feijóo cumplirá con las peticiones de la patronal, si abaratará el despido o eliminará las Normas do Hábitat.

Aunque tuvo que saltarse varias páginas de su discurso debido a los escasos 45 minutos estipulados, Aymerich no se olvidó del gallego y pidió al nuevo presidente "un compromiso claro" con la lengua. "Si no es por amor al gallego o por amor a nuestro país, que sea al menos por obligación legal", reclamó. Incisivo, aunque más calmado en su réplica de la tarde, Aymerich exigió a Feijóo que no repita su actitud durante la campaña, que "se moje y empiece a decir la verdad". "Porque usted llegó al Gobierno montando un caballo de mentiras y ahora ese caballo amenaza con encabritarse y volverse contra el jinete", afirmó.

El cronómetro parpadeaba en rojo el temido 00.00 y la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, no tardó ni un segundo en interrumpir a Aymerich. "Lamento esta actitud si significa una declaración de intenciones", respondió indignado antes de pronunciar su última frase en los 20 segundos suplementarios que le concedió Rojo. La presidenta fue más condescendiente con Leiceaga (PSdeG) y Ruiz Rivas (PP), quienes superaron en más de un minuto su tiempo de intervención.