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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Segunda República, tercera república

Enric Company

Habrá probablemente quien crea que la Segunda República, la que nació el 14 de abril de 1931, es ya sólo un hecho de la historia o para la historia, pero desde luego ésa no era la convicción de los dos centenares de personas que ayer por la tarde la conmemoraron en el Ateneo Barcelonés. Ante ellas, con el convencimiento propio de quien habla acerca de algo que juzga inexorable, el editor Ramon Serrano proclamó diáfanamente la voluntad de futuro de los republicanos. Cada vez que se celebra un acto como éste, afirmó, cada vez que en alguna manifestación se alza una bandera republicana, cada vez que alguien tiene voluntad de emancipación, estamos más cerca de la república.

No se refería a la Segunda República, de la que antes que él habían hablado en términos digamos que profesionales, aunque por supuesto no exentos de simpatía, los historiadores Andreu Mayayo y Joan Maria Thomàs, y la escritoria Rosa Regàs. O la que por la mañana había sido objeto de homenaje en el Parlament en un acto en el que participaron todos los grupos de la Cámara excepto el PP y el mixto (compuesto exclusivamente por Ciutadans-Partido de la Ciudadanía). Ni al recuerdo de la Segunda República y de los republicanos que la defendieron, de los que se ocupa el Memorial Democrático, cuyo consejo de participación se constituyó precisamente ayer, no por casualidad. No, en el Ateneo los historiadores describieron aspectos de la Segunda República, su gozoso nacimiento, sus esperanzas y su tristísimo final. Pero Serrano se refería a la tercera, la que sueña como sucesora de lo que definió como "este régimen de democracia formal" creado sobre "el miedo y el recuerdo de la Guerra Civil".

Aunque el acto había tenido hasta aquel momento un marcado cariz conmemorativo, la voluntad política de los organizadores y la definición de sus objetivos fue de una claridad total, iluminadora. Serrano argumentó que la Monarquía actual es, simplemente, una herencia del franquismo, pero a base de escamotear a los ciudadanos la oportunidad de decir si la querían o no. Los republicanos creen que, en consecuencia, hay una cuestión de legitimidad política no dilucidada. Y por lo tanto, afirmó: "Exigimos el referéndum sobre monarquía o república".

Bien. Hasta ahí llegó lo que dentro de lo que cabe han sido más o menos las celebraciones anuales del aniversario republicano. Pero Serrano añadió acto seguido algo que le da un objetivo más inmediato a la reivindicación republicana. "Queremos el referéndum", precisó, "antes de que con fórmulas extrañas nos coloquen un heredero, quizá como Felipe VI, puede que incluso antes de que muera el actual Rey".

Lo de las "fórmulas extrañas" no fue posteriormente precisado o ampliado, pero quedó ahí, como hito a medio o quién sabe si a corto plazo.

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