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La Iglesia mantiene el escudo franquista en un rosetón del templo del Tibidabo

Banderines requetés siguen en Montserrat y la basílica de la Mercè

La retirada de los pocos símbolos franquistas que quedan en Barcelona topa con la Iglesia. Mientras que el Ayuntamiento se esmera en cumplir la Ley de Memoria Histórica y quita los vestigios que ensalzan la Guerra Civil y el franquismo en la vía pública, en algunos santuarios emblemáticos de Barcelona persisten aún elementos que la institución católica no prevé mover, empezando por el que corona el templo del Sagrado Corazón de Jesús, en el Tibidabo. Un escudo franquista decora uno de los rosetones del santuario, que se terminó en la posguerra.

El rector de la iglesia, que depende de los padres salesianos, no piensa quitarlo: "Eso son tonterías", dice. Añade que su congregación ya ha gastado mucho dinero en retirar otros símbolos.

Una placa califica una bandera en el templo de la Mercè de "enseña invicta"

El arzobispado, en cambio, sí que prevé borrar la inscripción en recuerdo de José Antonio Primo de Rivera que subsiste, muy borrosa, en la pared de la catedral que da a la calle de Santa Llúcia. Será una iniciativa aislada, aprovechando la rehabilitación de la fachada en curso. Más allá de esta acción, el arzobispado no ha inventariado los símbolos franquistas en los templos de su competencia ni prevé hacer nada, puntualiza Josep Maria Bonet, delegado de Patrimonio de la archidiócesis.

La ley, que prevé incluso la retirada de subvenciones si no se retiran los símbolos que ensalcen el franquismo, salva a aquellos elementos "de estricto recuerdo privado". Por ejemplo, la placa que conmemora, en el claustro de la catedral, a los que fueron "mártires" durante la guerra. La Iglesia incluye en ese apartado las banderas que ofrecieron los requetés carlistas catalanes, que lucharon con los sublevados, a las patronas de Barcelona y de Cataluña. Así, un banderín ofrecido a la Mercè en 1951 sigue en su templo, junto a una placa que la califica de "enseña invicta" y "testimonio de tantas gestas religiosas". "No pienso moverla. Faltaría más, que nos digan lo que podemos tener en las iglesias", se defiende el rector de la parroquia, mosén Carles. Expuesta sigue también la bandera que ofreció el tercio de Montserrat a esa virgen tras ganar la Guerra Civil. Fuentes del monasterio, que la conserva en un lugar privilegiado cerca de la Moreneta, indican no la desplazarán, porque es "una ofrenda que hizo un grupo de personas devotas de la Virgen, que nunca impuso nada".

Mientras tanto, el Ayuntamiento sigue su trabajo, después de la demolición, en febrero, del monumento a José Antonio Primo de Rivera. El área de Paisaje Urbano prorrogó hasta el pasado 31 de marzo su campaña para retirar gratuitamente las alrededor de 4.000 placas franquistas que calcula que hay en bloques de viviendas. Recibió unas 300 solicitudes de comunidades de vecinos. Por otro lado, la comisión de esculturas del municipio estudiará la retirada de la escultura de la victoria que hay en el cruce del paseo de Gràcia con la Diagonal, que ya aprobó el pleno del distrito del Eixample. La Comissió de la Dignitat quiere ir más allá, y pide que se restituya la estatua al presidente de la Primera República, Pi i Margall, que se erigió en ese lugar en 1936. Se retiró en 1940 y reclamará su restitución en un acto, el 19 de abril.

Detalle del rosetón del templo del Sagrado Corazón, en el Tibidao.
Detalle del rosetón del templo del Sagrado Corazón, en el Tibidao.GIANLUCA BATTISTA

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