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Tres décadas de democracia cercana

Los ayuntamientos, la institución más querida y criticada por los ciudadanos, celebran hoy el 30º aniversario de las primeras elecciones democráticas locales

Los ayuntamientos son las administraciones contra las que se dirigen el mayor número de reclamaciones ciudadanas, casi la mitad de todas las que recogió el año pasado el Ararteko en su informe de actividad. Y sin embargo, son también las más queridas por la sociedad, por encima de las diputaciones o el Gobierno. Su cercanía al ciudadano les convierte en la primera ventanilla para resolver sus demandas e inquietudes. Hoy se cumplen 30 años de las primeras elecciones que permitieron constituir los ayuntamientos democráticos y convertirlos en la institución más cercana para la sociedad. Este es un repaso a aquel momento histórico en el poder local.

El tercio familiar

Los ayuntamientos de la etapa franquista estaban constituidos por concejales procedentes de tres bloques: el tercio familiar (personas con trayectoria en la ciudad se presentaban y eran votadas por el resto de ciudadanos), el tercio sindical (concejales elegidos por el sindicato del régimen) y el tercio integrado por ediles designados por el Gobernador civil, quien también se encargaba de elegir al alcalde. Ese tercio familiar fue el primer resquicio de democracia, por el que empezaron a colarse personas que no eran afines al régimen y con otro tipo de inquietudes. Es el caso de José Ángel Cuerda, primer alcalde elegido democráticamente en la ciudad de Vitoria. "El tercio familiar era una forma de meter la cabeza y tratar de insuflar un aire nuevo en las corporaciones", rememora José Ángel Cuerda, que logró la alcaldía con el PNV.

Elecciones generales

Las elecciones generales de 1977 y la posterior aprobación de la Constitución abrieron el camino hacia las elecciones en los ayuntamientos, algo que ocurriría en abril de 1979. Las generales aceleraron la transición, que terminó por convertir en insostenible la situación en algunos ayuntamientos. La presión popular y política llevó a la dimisión de numerosos concejales, que ya no contaban con ningún tipo de apoyo. El fenómeno derivó en la constitución de gestoras, que se encargaron provisionalmente de gobernar hasta la celebración de las elecciones municipales. En Vitoria, esa gestora fue presidida por Alfredo Marco Tabar (UCD); en Bilbao, por José Luis Berasategi (PNV), y en San Sebastián por Ramón Jáuregui (Partido Socialista) y, en la etapa final, por Iñaki Alkiza (PNV).

El 'grupo de Vergara'

Pero la solución de las gestoras tampoco era del agrado en muchos pueblos, que urgían la celebración de elecciones municipales. Es el caso del conocido como grupo de Vergara, liderado por el alcalde de Bergara, José Luis Elkoro, quien después se convirtió en un histórico dirigente de Herri Batasuna. Un total de 67 alcaldes formaron este colectivo, que incluso pidieron una entrevista con el entonces presidente del Gobierno Adolfo Suárez para que convocara cuanto antes los comicios. Mientras, la situación se hizo cada vez era más insostenible; prácticamente, cada día dimitía un alcalde por el retraso en convocar los comicios.

Las elecciones

Los comicios locales se celebraron en abril de 1979. Jesús María Alkain (PNV) ganó en San Sebastián, donde un jovencísimo Odon Elorza (PSE) accedió como concejal al consistorio. Los socialistas fueron la tercera fuerza. En Bilbao, triunfó Jon Castañares (PNV), mientras que en Vitoria consiguió la alcaldía José Ángel Cuerda (PNV). Los resultados confirmaron la hegemonía del PNV. Sin embargo, en Vitoria la suma de fuerzas entre el PSE (6 concejales) y UCD (8) les hubiera dado la mayoría. Pero en esos años resultaba impensable "desbancar al que había conseguido más votos", recuerda Alfredo Marco Tabar, el candidato de UCD y el primer alcalde de Vitoria en la etapa democrática, aunque elegido como presidente de la gestora y no en unas elecciones. "Al terminar el recuento en la noche electoral", explica, "se me acercó un concejal socialista y me hizo señas con los dedos: 8 y 6 dan 14, mayoría, decía. Ni me lo planteé; y el PSE tampoco".

"Vocación de servicio"

Cuerda recuerda aquella primera etapa de alcalde con ilusión. "No hubo problemas. La transición fue completamente normal. Todos entramos al Ayuntamiento con entusiasmo y vocación de servicio". Algo que ahora echa de menos en los políticos actuales. "La política se ha profesionalizado demasiado".

Más recursos

La aprobación de una ley Municipal que clarifique las competencias y atribuciones de los ayuntamientos y, sobre todo, que les garantice una financiación directa es la principal reivindicación municipal en estos momentos. El presidente de Eudel, Jokin Bildarratz, se queja de que los municipios "realizan un 30% del gasto en servicios en los que no tienen competencia".

Militantes del PNV limpian las calles de Bilbao de los carteles de propaganda política de las elecciones municipales de 1979.
Militantes del PNV limpian las calles de Bilbao de los carteles de propaganda política de las elecciones municipales de 1979.EFE

Los resultados

- El PNV fue el indiscutible vencedor de las primeras elecciones municipales democráticas. Consiguió 354.925 votos, más de 200.000 de diferencia de la segunda fuerza más votada, Herri Batasuna. En total, los jeltzales consiguieron 1.082 concejales frente a los 256 de HB, 203 del PSE, 127 de UCD, 83 de Euskadiko Ezkerra y 41 del Partido Comunista. Otros 634 ediles se los repartieron diversas candidaturas integradas por independientes.

- En las capitales, el PNV tampoco tuvo rival. En Bilbao obtuvo 13 concejales de los 29 que estaban en juego. La segunda fuerza fue HB, con seis. En Vitoria, el PNV logró 9 concejales, por los seis del PSE y los ocho de UCD. Mientras, en San Sebastián los peneuvistas lograron nueve concejales. En segundo lugar, quedó HB, con seis, el mismo resultado que logró en Bilbao.

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