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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Anne Brown, heroína operística de la vida real

Sufrió la segregación racial en Estados Unidos

Sin Anne Brown, que falleció el pasado 13 de marzo en Oslo (Noruega), no habría existido la ópera Porgy and Bess tal y como se la conoce hoy. A los 23 años, esta soprano estadounidense, nacida el 9 de agosto de 1912 en Baltimore (Maryland), se presentó a unas audiciones convocadas por el maestro George Gershwin.

Ella quería cantar a Schubert y a Brahms, pero Ger-shwin le pidió que entonara una canción gospel, un género típicamente afroamericano. A pesar de sentirse humillada, encasillada una vez más por su color de piel, Brown interpretó a capella la canción A City Called Heaven, conquistando totalmente al maestro.

Era 1935, una época en que en muchos Estados los negros todavía vivían segregados. Por aquel entonces, Gershwin tenía en mente estrenar una ópera, Porgy, sobre la vida de un vagabundo negro que vive en las barriadas pobres de Charleston, en Carolina del Sur. Decidió darle a Brown uno de los papeles secundarios, el de Bess. Sin embargo, como tantas veces sucede en las relaciones entre un director y su diva preferida, Gershwin añadió y añadió material, hasta convertir a Bess en protagonista y cambiar el título, de Porgy por el de Porgy y Bess.

La ópera se estrenó en Nueva York en 1935 y los críticos no entendieron muy bien el nuevo híbrido ante el que se encontraban. No supieron si era ópera, musical o ambas cosas. "Gershwin ni siquiera sabe lo que es ópera", sentenció el crítico Virgil Thomson. De Brown, sin embargo, otros críticos, como el del periódico The New York Times, dijeron que "alcanzaba un alto punto de interpretación".

Veto a los negros

A pesar de la frialdad general de la crítica, Porgy and Bess se representó 124 veces en Broadway y viajó durante tres meses por todo Estados Unidos. Cuando en marzo de 1936 llegó a Washington, una ciudad entonces segregada, Brown vivió una escena digna de una heroína de ópera, pero en la vida real.

El Teatro Nacional de Washington estaba entonces vetado a espectadores negros. "Como ya esperábamos, se nos dijo que el Teatro Nacional estaba segregado. Todd

[Duncan, el cantante que interpretaba a Porgy] y yo decidimos no cantar y recibimos amenazas del sindicato de teatro, que dijo que debíamos cantar o habría represalias", explicó Brown en 1997. "No nos importó. Nos mantuvimos firmes... Triunfamos y el Teatro Nacional admitió afroamericanos, convirtiéndose en un auditorio desegregado. Sin embargo, tras nuestra actuación, volvió a su política original de segregación".

A pesar de convertirse en una joven gran dama de la escena, a Brown le importaba el racismo imperante dentro y fuera de los escenarios. "Muchas de las cosas que quería de joven en mi carrera se me negaron por mi color de piel", dijo al Times en 1998. "Hablando claro, estaba harta de los prejuicios raciales".

Por eso, en 1948 se mudó a Noruega, donde se convirtió en toda una celebridad. Allí se casó por tercera vez, tuvo hijos y siguió cantando hasta que se le detectó asma en 1953. Desde entonces se convirtió en una respetada profesora y directora de escena.

Hasta 1968, el año en que el presidente Lyndon B. Johnson firmó la Ley de Derechos Civiles que acabó con la segregación, Brown no regresó a su país. Pero nunca para quedarse. Su vida y su carrera acabaron sus días plácidamente en Europa.

Anne Brown, en 1951.
Anne Brown, en 1951.

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