El derecho a la crítica

El embajador de Italia en Madrid se queja del trato que recibe nuestro país en este periódico. Se siente "ofendido" y considera que EL PAÍS "da espacio sólo a voces críticas, tanto españolas como italianas" (publicado en Cartas al director del 26 de marzo).

Quizás considere que sólo tendrían que existir opiniones favorables al actual Gobierno de Italia como pasa en nuestro propio país, donde todas las principales televisiones públicas y privadas y muchos periódicos están controlados por el jefe del Gobierno. Pero las mismas opiniones puede leerlas también en periódicos italianos que se han escapado al control gubernamental: La Repubblica, L'Unitá, Il Manifesto...

Quizás al señor embajador le moleste que sea el periódico de mayor difusión en España el que sea crítico con el Gobierno italiano -que no hay que confundir con el país-, porque, como dijo recientemente en Barcelona el escritor Roberto Saviano -otra voz crítica que ha publicado en este periódico pero también en Italia cuando le dejan-, lo que molesta y da miedo no es el escritor o el periodista, sino el hecho de que sea leído por millones de personas.

El actual Gobierno italiano ha sido elegido democráticamente por "una mayoría de los italianos", pero la minoría que no le votó (un 45% de los votantes) sigue teniendo el derecho a criticarle. Entre ellos, los italianos residentes en España, la mayoría de los cuales votaron en su contra y a los que nuestro embajador también debería representar.