Guantánamo
A raíz del anuncio del ministro Miguel Ángel Moratinos, en relación a que España podría admitir a detenidos de Guantánamo, se ha generado un intenso debate en la calle y los medios. En mi opinión, el Gobierno y la sociedad española deben acogerlos.
A un número considerable de ellos ya se les ha dicho que van a quedar en libertad sin cargos. Sin embargo, unos 60 detenidos inocentes no pueden volver a sus países, porque corren peligro de sufrir torturas u otras violaciones de derechos humanos, o simplemente porque son apátridas. Necesitan, por lo tanto, un lugar donde ir. La acogida humanitaria de estas personas facilitaría su protección física y legal, para que puedan reconstruir sus vidas, sin peligro de que se sigan violando sus derechos.
Además, deberían poder residir legalmente en el país de acogida y reunirse con sus familias y reintegrarse en la sociedad. Desgraciadamente, Guantánamo representa un episodio negativo en la historia de los derechos humanos y así España podría contribuir a una conclusión lo más digna posible.
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