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El incumplimiento de la ley permite a los menores conseguir alcohol

En tres de cada cuatro intentos logran comprar botellas sin que se les pida el DNI

Álvaro está a punto de cumplir 16 años y vive en una ciudad andaluza, donde está prohibido vender alcohol a menores de edad. Un par de veces al mes, él y sus amigos de entre 15 y 16 años hacen botellón, normalmente de vodka o ginebra. "Lo compra el que parece mayor, casi siempre en una tienda de alimentación, y nunca nos han preguntado la edad", dice el joven. La experiencia de Álvaro es un reflejo de lo que pasa en todo el país. Pese a que las leyes autonómicas han prohibido progresivamente el consumo por menores desde hace dos décadas (antes la edad mínima era 14 años), lo cierto es que la mayoría de los establecimientos siguen sin controlar a quién lo venden. Según la encuesta escolar sobre consumo de drogas de 2006, el 58% había bebido alcohol en el último mes (7% menos que en 2004).

La cerveza es accesible en el 81% de los casos; el whisky, en el 67%
En 2006 no cuajó un anteproyecto más restrictivo con la publicidad
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Un estudio presentado ayer por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) indica que los menores adquieren alcohol sin problemas en tres de cada cuatro ocasiones. El estudio se realizó a través de la experiencia de seis chicos de entre 15 y 17 años en seis ciudades y 123 establecimientos a los que se hicieron 223 visitas para intentar comprar cerveza y whisky.

Muy gráfico

Aunque su valor estadístico es limitado, es muy gráfico de la situación general. Con la muestra de Barcelona, Bilbao, Granada, Madrid, Valencia y Valladolid, los resultados obtenidos son: la cerveza, de menor graduación, es accesible en el 81% de los casos, algo más que el whisky, que se consiguió en el 67% de los intentos.

Las ciudades con alcohol más asequible fueron Barcelona, Valencia y Granada, donde los jóvenes compraron cerveza en más del 90% de las veces y whisky en casi igual proporción. En Bilbao, Madrid y Valladolid lo tuvieron algo más difícil. Les vendieron whisky en menos de la mitad de los sitios, y cerveza en siete de cada 10 lugares.

La legislación sobre la venta de alcohol depende de las comunidades. Todas prohíben la venta a menores excepto Asturias, que establece el mínimo en los 16 años, y Galicia, que rebaja el límite a los 16 para bebidas de menos de 18 grados. En 2006 el Gobierno aprobó un anteproyecto de ley para prevenir el consumo de alcohol en menores, pero fracasó por las críticas de sectores que la calificaron como la "ley antivino". El anteproyecto no cambiaba las posibilidades de venta pero incluía grandes restricciones sobre la publicidad, que estaría prohibida en transportes públicos, lugares destinados a menores o inmediaciones de colegios; el alcohol, además, no podría ser anunciado por deportistas o famosos.

Las normas existentes son, en todo caso, claras para que los adolescentes no tengan acceso al alcohol. Marta, camarera que ha trabajado en al menos tres establecimientos de ocio, constata que preguntar la edad no es la práctica más habitual: "Dependiendo de la cara, a veces le preguntaba o le pedía el carné, pero no es lo que hacían los demás; la excusa es que el carné ya lo deben haber pedido en la puerta, cuando muchas veces no es así".

La Federación de Hostelería de Valencia, la ciudad más perjudicada por la denuncia, alega que "el estudio es una barbaridad, no es representativo y lo único que nos hace es daño". El 92% de las veces que el menor intentó comprar cerveza o whisky en Valencia lo logró. La Federación denuncia la falta de presencia policial, "no sólo en los locales sino en todas las zonas de ocio, porque hay un vacío total". Aunque los bares de zonas de marcha son, según el estudio, los que más difícil se lo ponen a los menores. La cerveza es más fácil de adquirir en las tiendas 24 horas, aunque también en los supermercados y los locales de comida rápida; el whisky está disponible sobre todo en los bazares (frecuentemente regentados por asiáticos) y el supermercado.

"Ahí es donde tienen que hacer hincapié", replica Vicente Pizcueta, presidente de la ONG Controla Club para la prevención de drogodependencias, "en los que están toda la noche por las calles vendiendo latas de cerveza a un euro con total impunidad".

Madrid, la ciudad donde, según el estudio, se vende menos alcohol a menores, es también la comunidad pionera en la llamada "ley antibotellón". En 2002 prohibió el consumo de alcohol en la calle. Posteriormente Andalucía, Extremadura, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Baleares han hecho lo propio, aunque con características diferentes. Extremadura, Valencia y Andalucía son algo más laxas, ya que se establecen espacios fuera de los centros urbanos para el botellón.

Existen otras deficiencias del funcionamiento de la ley. Según el estudio, más de la mitad de los establecimientos no cumple con la obligación de mostrar en un cartel que no se permite la venta de alcohol a menores: en Bilbao no se vio el cartel en casi el 90% de las visitas. Además, la pasividad a la hora de preguntar la edad o pedir el carné de identidad es generalizada. En ninguna ocasión, a los jóvenes de Barcelona, Valencia o Granada les pidieron el DNI antes de comprar cerveza, tampoco para el whisky en las dos primeras. En general, sólo les preguntaron por la edad (sin pedir el documento) en menos del 20% de los establecimientos.

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