Ibarretxe despeja la duda abierta por Urkullu y acudirá a la investidura

"No sé cómo puede caber ninguna duda al respecto. Tengo 80.000 razones más que el señor López para presentar mi candidatura . No sé por qué el partido y la persona más votados deban renunciar". Con estas rotundas palabras, que enarbolan como bandera su distancia en votos sobre el candidato socialista, zanjó ayer Juan José Ibarretxe una "duda" que abrió el día 10 el propio presidente de su partido, Iñigo Urkullu. Nadie antes había sugerido la posibilidad de que el candidato del PNV pudiera no concurrir a la elección del nuevo lehendakari.

Urkullu indicó ese día que el PNV esperaría a ver si el candidato socialista reunía más apoyos y dio a entender que su partido sólo presentaría al suyo de contar con "visos" de que resultaría elegido. Ibarretxe le contestó ya indirectamente sólo dos días después, al señalar en una entrevista que no entendía siguiera cómo se podía plantear tal "reflexión". Ayer dejó meridianamente claro que se medirá en la Cámara con López en cualquier circunstancia.

Ibarretxe señala que la mayoría PSE-PP son "38 votos para destruir"

Ibarretxe no respondió con la misma claridad a la pregunta sobre su continuidad en la Cámara, si resulta derrotado, pero dio pistas indirectas bastante claras en su discurso. "Es al PNV, y a mí personalmente, a quienes ha confiado de manera mayoritaria la sociedad vasca la dirección del país para los próximos años, y vamos a seguir liderándolo políticamente, pase lo que pase en la conformación de gobierno, también desde este Parlamento; desde el Gobierno, que es donde la sociedad ha querido que estemos, o desde la oposición". El liderazgo anunciado por Ibarretxe se ejercerá respecto de la crisis económica, la ubicación del "pueblo vasco, la cultura y la lengua vasca en Europa y en el mundo" y la defensa del "derecho a decidir", según su enumeración, y frente a los "38 votos para destruir" que sumarán PSE-EE y PP. Fue toda en una declaración de intenciones de futuro, que no cabría esperar normalmente de alguien que pensara en abandonar su puesto.

Ibarretxe se expresó así tras acreditarse en el Parlamento, junto a otros 27 electos del PNV, dos horas antes de que la Mesa de la Cámara oficializara el día 3 como fecha para la constitución del nuevo Parlamento.

Ibarretxe adelantó así una decisión que la ejecutiva del PNV no ha adoptado formalmente aún, pero que será la que tome en la semana previa a la presentación de candidaturas, según señalaron dirigentes del partido. Lo contrario, indicaron esas fuentes, dejaría a López "expedito" el camino a Ajuria Enea, sin tener siquiera que fotografiarse con el PP y dejaría al PNV sin discurso y sin papel desde la constitución del Parlamento hasta la investidura.

En la dirección del PNV hay quienes entienden que la desautorización parlamentaria que supondría una derrota en la votación de investidura no es lo más conveniente, ni para Ibarretxe ni para el partido. Pero otra parte anima al lehendakari en funciones a seguir dando la batalla e incluso permanecer en la Cámara. Ejercería como jefe de filas del grupo parlamentario del PNV en la oposición, como contraste a "las carencias" de su previsible sucesor, el socialista Patxi López, y como referencia de recambio ante un eventual fracaso de éste.

Para los primeros, la renuncia de Ibarretxe a competir por la investidura no comportaría automáticamente su desaparición de la escena política, pero admiten que abriría más ese camino que el de una permanencia que se contempla con preocupación por la combinación de liderazgos y discursos a la que obligaría: el suyo en la Cámara y el de Urkullu fuera de ella.