Labastida desentierra el campo de golf
El Ayuntamiento se replanteará la polémica urbanización tras archivar la juez la denuncia de la fiscalía contra el anterior alcalde y tres promotores
El Ayuntamiento de Labastida retomará el estudio del proyecto de campo de golf con un urbanización anexa de 750 viviendas paralizado desde que la Fiscalía alavesa presentó una denuncia contra el anterior alcalde, el popular Ignacio Gil Orive, y tres promotores inmobiliarios socios del consistorio, que la juez instructora acaba de desestimar. Gil Orive, ahora concejal en la oposición, está dispuesto a retomar el proyecto, que formaba parte del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
El actual primer edil, Higinio Arinas, de EB, estima que ese plan tendrá que reformarse en profundidad, visto el informe de la Comisión de Ordenación y Planeamiento Urbanístico (COPU), que considera inviable el proyecto urbanístico por ocupar terrenos protegidos. En dicha comisión participan representantes del Gobierno vasco, la Diputación alavesa, Eudel y el propio municipio (con voz, pero sin voto). La fiscalía aguarda a la notificación oficial del auto para decidir si recurre el archivo de la causa.
"Es más que el golf. Es el futuro de Labastida", asegura el ex primer edil
Las acusaciones del Ministerio Público contra Gil Orive y los tres directivos de la promotora San Ginés Labastida (Luciano Soraluce, Javier Corta y José María Elías), parecían en principio contundentes. El Ayuntamiento posee el 20% del capital de la promotora. El fiscal jefe de la Audiencia alavesa, Josu Izaguirre, consideró que en las operaciones con los terrenos municipales recalificados para construir la urbanización había indicios de malversación de caudales públicos, falsedad documental, tráfico de influencias, maquinación para alterar el precio de las cosas y prevaricación. La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria, Susana Junquera, falló la semana pasada que no aprecia indicios de ninguno de esos posibles delitos.
Satisfecho, Gil Orive explicó ayer a EL PAÍS que hay que retomar con urgencia el PGOU. "Es mucho más que el campo de golf. Se trata del futuro de Labastida en todos los planos, desde polígonos industriales a zonas de ocio; el crecimiento del pueblo para los próximos 15 años", recalca.
El alcalde también considera necesario retomar el plan. "Por supuesto, hay mucho que tratar, en comisiones y en el pleno, porque tenemos que reformar bastante de lo previsto", comenta Higinio Arinas. Otro juzgado vitoriano acaba de archivar otra querella contra Arinas interpuesta por el anterior equipo de gobierno del PP por haber paralizado el nuevo PGOU hasta que se resolviese la denuncia contra Gil Orive.
Eso sí, en cuanto al campo de golf, las posturas se mantienen claras. Gil Orive quiere sacarlo adelante: "Quizá en estos momentos de crisis económica no sea viable, pero el proyecto se puede retomar dentro de cuatro años sin problemas". De su lado, Arinas destaca que el informe de la COPU fue contundente: "Señalaba que el 25% del millón de metros cuadrados que conforman los terrenos están en zona protegida, además de que el pueblo no cuenta con los recursos hídricos necesarios para abastecer a la urbanización.
El proyecto, conocido como Golf & wine, se plantea como un pueblo paralelo al actual, sito en las faldas de la sierra de Toloño, con 750 nuevas viviendas. Labastida cuenta en la actualidad con 1.500 habitantes.
Arinas se enfrenta a una situación muy incómoda. El debate sobre el proyecto de campo de golf derivó en un cambio sustancial de la composición del Ayuntamiento en las municipales de 2007. En el anterior mandato formaban el consistorio cinco concejales del PP, tres de la coalición PNV-EA y uno socialista. En la actualidad, gobierna EB con dos ediles, apoyados por otros dos del PNV y uno independiente. El PP cuenta con cuatro concejales.
Los dos corporativos peneuvistas, Iosu Landa y Karmele Petralanda, se han rebelado contra la ejecutiva provincial de su partido y han apoyado el proyecto urbanístico, lo que motivó que los tribunales internos PNV disolviesen la asamblea local del partido en Labastida hace ahora un año.
Fuentes peneuvistas ratifican que la mayoría de los afiliados del PNV en la localidad apoyan el campo de golf y respaldan la postura de los dos ediles. Y el próximo fin del tripartito en el Gobierno vasco restará presión sobre ambos para que apoyen a Arinas, quien se quedará en clara minoría en la corporación en su oposición al proyecto Golf & wine.
Sin bajar la guardia
La protesta vecinal se mantiene, pese a que la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria estime que no hay indicios de delito en el proyecto. "Es un aspecto que puede tener su relevancia, no lo dudamos, pero, haya delito o no, el pueblo de Labastida no quiere esa macrourbanización disfrazada de campo de golf", explica Rafael Parera, dirigente de la asociación Torrolate, que aglutina a los opositores al proyecto.
De hecho, Torrolate se ha mantenido activa mientras la juez ha investigado la denuncia de la fiscalía, porque "hay muchas irregularidades en el procedimiento y suficientes para paralizar todo el proyecto, que, no se olvide, sigue rechazado" por la Comisión de Ordenación y Planeamiento Urbanístico, añade Parera.
Este grupo vecinal también considera que es necesario retomar cuanto antes la redacción del Plan General, pero sin ese proyecto. "Estamos alerta. Ya sabíamos que mientras haya inversores interesados en la urbanización tratarán de mantener su apuesta por todos los medios, a pesar de que los vecinos estimen que no es necesario, ni conveniente para Labastida", concluye Parera.
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