_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

City to City y 'little magazines'

Estas semanas se está produciendo en Barcelona una acumulación de experiencias -exposiciones, premios, diálogos, conferencias- sobre diseño, arquitectura y urbanismo que acredita, por lo menos en estos temas colectivos y profesionales, una vitalidad cultural sorprendente. La exposición Richard Rogers en Caixafòrum, el anuncio de una próxima exposición antológica de Carlos Raúl Villanueva, el Premio City to City, el espectáculo creativo del M-3 que se inaugurará dentro de un par de días, las discusiones públicas sobre la reforma de la Diagonal que anticipan un proceso participativo, la exposición de los little magazines, los preparativos de los Premios FAD y la actividad del Colegio de Arquitectos marcan un paisaje cultural de calidad.

Ante la somnolencia cultural, son útiles las exposiciones sobre diseño, arquitectura y urbanismo que acreditan una vitalidad sorprendente

Hay que reconocer que muchas de esas actividades son promovidas por el FAD, una institución que desde hace unos años asume con eficacia la responsabilidad de la difusión y la crítica de estos temas. Entre ellas hay que destacar City to City. Barcelona FAD Award, que se ha iniciado este año y que anuncia una periodicidad anual. Es un acontecimiento importante por la intención de su contenido y por la saludable intervención de Cataluña en los debates internacionales sobre los criterios básicos del urbanismo en ciudades de extremada complejidad y conflictividad social. Como dice el subtítulo del anuncio del premio, se trata de subrayar "respuestas urbanas a situaciones complejas". Es decir, actuaciones en el territorio y en los servicios colectivos que ataquen los problemas reales de la sociedad que va a utilizarlos y que requieran decisiones políticas y participaciones multidisciplinares. Así, una ciudad, Barcelona, reconoce a otras ciudades que se han esforzado en resolver problemas sociales con la transformación de su estructura física y el perfeccionamiento de sus servicios. Beth Galí, presidenta del FAD, precisa en la convocatoria los cinco criterios para la selección: actuaciones concretas y procesos participativos, mejoras integrales con medidas interdisciplinares, remodelación del espacio público y mejora de las infraestructuras, desarrollo social con repercusión territorial, y garantías en la calidad de la vivienda. Todo ello como respuesta a unas realidades sociales constatadas y analizadas.

Para esta primera convocatoria, el jurado ha seleccionado 15 realizaciones como candidaturas finalistas al premio -Bagdad, Antananarivo, Glasgow, Binde, Nueva York, Santiago de Chile, Seúl, etcétera- y, entre ellas, ha premiado el proyecto Medellín, la más educada, teniendo en cuenta que con él se combatieron "las desigualdades sociales y la violencia a través de un ambicioso plan maestro de infraestructuras y diversos programas relacionados con la educación de calidad y el urbanismo social". Un juicio que valora la calidad de las realizaciones y que es una afirmación de los objetivos para la reconstrucción de un barrio o una ciudad, entendidos como entidades sociales y no como simples acontecimientos arquitectónicos. Esperamos que con la continuidad anual, el City to City irá perfilando las bases interdisciplinares y participativas de un urbanismo aferrado a lo social más que a la monumentalidad -y la consecuente destrucción paisajística- del consumo y la especulación.

Otro acontecimiento que hay que subrayar es la exposición Little magazines, organizada por Disseny Hub Barcelona en su sede provisional de la calle de Montcada. Es consecuencia de un estudio de investigación iniciado en la Universidad de Princeton, dirigido por Beatriz Colomina, sobre las revistas publicadas al margen de los normales circuitos editoriales y comerciales que proliferaron en las décadas de 1960 y 1970 en Europa y América. La exposición permite constatar cómo en aquellos años la polémica sobre la arquitectura y la ciudad alcanzó una interesantísima vibración de novedades en varios aspectos: en su contenido textual -desde la manifestación polémica de lo radical e incluso de las utopías, hasta la búsqueda teórica en contextos históricos-, en la nueva manera de comunicar ese contenido -el exabrupto del dibujo, los titulares y, en general, el grafismo- y en su capacidad para mantener abiertos muchos diálogos a distintos niveles, en una época en que se acusaba ya la disolución de los paradigmas más académicos, incluso los que habían nacido en las relativas revoluciones. El subtítulo de la exposición ya explica el protagonismo del método de producción y el estilo gráfico: Muntar/grapar/plegar. Las revistas -las little magazines, como las han bautizado en América- Oppositions, Archigram, Bau, Contropiano, Global Tools, etcétera, hasta casi un centenar de títulos, son muy distintas, pero mantienen la coherencia y hasta la unidad de un momento cultural y político muy preciso. Entre ellas figuran cuatro experiencias barcelonesas -Arquitecturas Bis, El Carrer de la Ciutat, 2C Construcción de la Ciudad y un periodo de CAU- que cumplen como magníficos testimonios críticos de la situación política y cultural del país, y sobre todo de sus gérmenes contestatarios.

La inauguración de la exposición se acompañó con una larga mesa redonda internacional con los responsables de varios little magazines, con un memorable éxito de público que acreditó el acierto de las actividades del DHUB en su periodo de arranque mientras espera tener disponible su sede definitiva en la plaza de las Glòries Catalanes. Y subrayó, como decíamos al principio, la persistente fuerza cultural de una buena parte de nuestra sociedad. Ahora que son tan frecuentes las acusaciones de pérdida de potencial, de desengaño y de somnolencia en la cultura catalana, es útil y gratificante encontrar las muestras reales de una nueva potencia, un entusiasmo y una actividad con signos de recuperación de la autoestima y de la autocrítica optimista.

Oriol Bohigas es arquitecto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_