Jatamí anuncia su retirada de la carrera por la presidencia iraní
El ex mandatario quiere evitar la división de los reformistas
Influyentes personalidades reformistas iraníes aún trataban de convencer ayer a Mohamed Jatamí para que no retirase su candidatura a las elecciones presidenciales del próximo 12 de junio. El popular ex presidente tomó esa decisión hace unos días, tras conocer que el ex primer ministro Mir Husein Musavi también se presentaba. Ante la insistencia de sus asesores y simpatizantes, Jatamí reconsideró su abandono, aunque anoche, finalmente, lo anunció en un comunicado.
"Anuncio mi retirada de la 10ª elección presidencial", afirmó tras una reunión con partidarios y miembros de su equipo de campaña, y llamó a unas elecciones "libres y justas", según la BBC.
"Estamos tratando de convencerle de que su salida no beneficiará a los reformistas sino a Mahmud Ahmadineyad", explicaba horas antes el economista Saeed Leylaz, un conocido crítico de las políticas del actual presidente. Poco antes, Mohamed Atrianfar, el jefe de campaña de Jatamí, había admitido que el ex presidente estaba evaluando retirarse "para no dividir al electorado reformista".
La candidatura del ex primer ministro Musavi fue un revés para los moderados
El anuncio de la candidatura de Musavi el pasado martes supuso un revés para él y su equipo. Durante los meses anteriores, ambos habían estado en contacto para decidir quién de los dos representaría a los reformistas en los comicios. Jatamí, que desde el principio se mostró renuente a entrar en la carrera electoral, ha insistido en todo momento en que no desea enfrentarse a Musavi ni perjudicar las posibilidades de desbancar a Ahmadineyad.
"No esperábamos que se presentara Musavi porque se acordó que fuera Jatamí", declaraba visiblemente irritado Atrianfar. Todas las fuentes consultadas coinciden en señalar que la decisión del ex primer ministro rompió el pacto de caballeros entre ambos candidatos, aunque hay pocas pistas sobre sus motivos.
"Desea abrir un tercer frente", aseguraba Leylaz, quien no veía motivo de preocupación para Jatamí. "Es más peligroso para Ahmadineyad ya que corteja a la misma base social", explicaba. De hecho, a Musavi no le gusta que se le etiquete de reformista y se define como principalista (en referencia a los principios del imán Jomeini), un término que también utiliza Ahmadineyad.
"Va a ser una competición reñida", estimaba Leylaz dando por hecho que el actual presidente será el candidato conservador, aunque aún no ha anunciado oficialmente su intención de concurrir.
Atrianfar advertía que Musavi no concita la unanimidad de los reformistas. "Sus postulados no son aceptables para todos; hay algunos grupos que no apoyarán su candidatura". Musavi se ganó fama de buen gestor como primer ministro (1981-1989). Pero la mayoría de los 45 millones de iraníes llamados a las urnas apenas conocen su nombre. Leylaz admitía que si se retiraba Jatamí, los jóvenes, y los reformistas en general, se quedarían sin candidato.
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