La baza de la participación ciudadana
Una treintena de personas empezarán el miércoles a concretar las líneas maestras de la candidatura - Los vecinos reclaman tener más información
Al día siguiente de que los responsables de la Oficina 2016 presenten el "mapa de ideas" que ha surgido de sus reuniones con distintos sectores de la sociedad, se subirá un peldaño más en la carrera hacia la capitalidad cultural. Ya a puerta cerrada, un grupo de entre 25 y 30 personas -la mitad participantes en la primera fase del proceso participativo y el resto, representantes institucionales- empezarán el próximo miércoles a concretar cuáles podrían ser las líneas básicas del proyecto que se llevará a Europa.
El coordinador de la oficina, Edorta Azpiazu, confía en contar con una propuesta para finales de este mismo mes. Luego habrá que acompañar cada pilar básico con un programa concreto. "Para junio deberíamos tener un borrador de desarrollo para contrastarlo", recalca.
La Oficina 2016 espera disponer de un borrador del proyecto en junio
"Soy bastante crítico con los eventos que festivalizan la cultura, pues van en contra de lo que pienso que es la cultura. Generalmente, se convierten en pura propaganda, formalismo y retórica", comenta Santi Eraso, ex director del centro donostiarra de arte contemporáneo Arteleku, implicado en el debate inicial. "Eso sucede generalmente, pero los eventos pueden ser positivos o negativos en la medida en que los procesos para trabajar en ellos sean eficaces o no", abunda.
El proceso abierto por San Sebastián le parece interesante por lo que tiene de participativo. "Puede dar mucho más juego aún. De hecho, podría ser uno de los ejes que distinguiera San Sebastián de otras candidaturas, pues todo el mundo habla de participación, pero muy pocos ponen realmente en marcha procesos consecuentes", incide.
Eraso considera que, en lugar de diseñar un programa que aborde muchos aspectos, resultaría mejor "elegir cuatro o cinco y ser consecuente con ellos". Él defiende una capitalidad "consecuente con la situación del mundo", que piense en los retos de las futuras generaciones con "un proyecto muy pedagógico, anclado en los valores sociales y los derechos humanos". Una capitalidad, añade, que "asuma el riesgo de lo ecológico", huya de "la cultura para élites" y tenga en cuenta la crisis, de forma que "no haya gastos superfluos".
"Otras ciudades quizá tengan que hacer grandes infraestructuras, porque carecen de ellas. Nosotros las tenemos, y tenemos base cultural. Deberíamos canalizar lo que sabemos para que llegue a todas partes", apunta la presidenta de la Asociación de Vecinos de Amara Osinaga, Marisol Chocarro, quien también ha participado en el proceso inicial de reflexión. "El proyecto es ambicioso y necesita de la participación ciudadana", destaca, al tiempo que pide más información, pues muchos ciudadanos de a pie no saben todavía muy bien qué es la capitalidad cultural. "Desde ahora queremos lanzar mensajes más concretos", concluye Azpiazu.
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