Biden asegura en Europa que merece la pena negociar con los talibanes

Joe Biden, vicepresidente de EE UU, defendió ayer en Bruselas, ante los aliados de la OTAN y en la UE, la necesidad de hablar con los talibanes para tantear una salida a la guerra de Afganistán. "Merece la pena intentarlo", declaró. El número dos de Barack Obama pidió a los aliados el máximo compromiso y contribución en Afganistán, no necesariamente militar, y les aseguró que la nueva Administración buscará el consenso en la estrategia a seguir contra los extremistas enquistados a caballo de Afganistán y Pakistán, "la zona desde donde se han lanzado todos los ataques en el mundo desde el 11-S".

La nueva estrategia podrá ser debatida en la Conferencia Internacional sobre Afganistán que, según informó ayer el Gobierno holandés, se celebrará en La Haya el próximo 31 de marzo. A la Conferencia, según anticipó la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, serán invitadas también las autoridades iraníes.

"No estamos ganando la guerra, pero estamos lejos de perderla", dice Biden

Washington buscará un consenso con los aliados en la nueva estrategia afgana

"La gente está cansada de guerra y está cansada de esta guerra", reconoció Biden en rueda de prensa, introduciendo un tono de realismo en el nuevo enfoque que busca el nuevo Gobierno de EE UU. Washington parece querer hacerse eco de las encuestas que revelan un cansancio de la opinión pública ante una guerra que comenzó en 2001 para desalojar a los talibanes y a la que no se ve final. "No estamos ganando la guerra, pero estamos lejos de perderla", dijo el vicepresidente.

El combate va a seguir, pero ahora empleando contra los talibanes muchas más herramientas que las militares, que tantas dificultades crean a los europeos: reconstrucción, desarrollo, financiación internacional, elecciones, formación de fuerzas de seguridad, lucha antidroga, cooperación regional y negociación interna.

Con la Administración de George W. Bush, el presidente afgano, Hamid Karzai, inició unos tímidos intentos de discusiones con los talibanes que dieron pocos resultados. Quizá por la falta de apoyo desde Washington.

Ahora, Obama avala esa vía. "Merece la pena intentarlo", señaló su vicepresidente. "Entrar en contacto y ver si los hay que quieran participar en la construcción de un Estado afgano estable y seguro". Biden hizo un desglose estadístico del frente talibán: "El 5% son irreductibles; el 25% no están seguros de la fuerza de su compromiso con la insurgencia y el 70% están en ello por el dinero".

También señaló que el grueso de los talibanes son de la etnia pastún -tradicionalmente dominadora en Afganistán- y que el 60% de los pastunes vive en Afganistán y el 40% en Pakistán. Aun subrayando que en Afganistán se planificaron los ataques del 11-S y que desde la zona fronteriza con Pakistán "se han lanzado todos los ataques en el mundo" desde entonces, Biden considera que "no hay solución puramente militar" para ninguno de los dos países. De ahí, el visto bueno a la vía negociadora. Con dos condiciones: "Lo que se haga tiene que hacerlo el Gobierno afgano. Pero sin que ello socave al Gobierno".

En una visita a Bruselas en los estertores del mandato de Bush, el ministro afgano del Interior, Mohamad Hanif Atmar, defendió ante la UE la negociación con los talibanes. "Usar la palabra talibán para definir a los terroristas es un error", dijo Atmar. "Yo era ministro de Educación y tenía más de 100.000 talibanes en las madrazas y en las escuelas. Talibán es una palabra que quiere decir 'buscar el conocimiento'. Hay talibanes respetables y amantes de la paz. Los que quieran renunciar a la violencia y respetar la Constitución pueden aprovechar la oportunidad". Atmar se atenía a la letra, pero el espíritu, al otro lado de la frontera, es otro: en Pakistán, las madrazas son un semillero de extremistas.