Montilla propone que los aumentos de sueldo se vinculen a la productividad
El presidente ve "poco justificable" la subida salarial de los funcionarios
Esta vez fue José Montilla el que pidió la tan traída y llevada reforma laboral. Después de que la hayan reclamado las organizaciones empresariales y la OCDE, el presidente de la Generalitat solicitó anoche al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, una revisión del sistema de relaciones laborales que considere, entre otros elementos, que los incrementos salariales "acompasen la productividad empresarial que los hace posibles", así como incentivos para la movilidad laboral y la modificación del proceso de negociación colectiva. Rechazó el abaratamiento del despido, que sí exige la patronal CEOE, pero destacó la necesidad de "reformas estructurales" en el conjunto de España.
El líder socialista lanza su recetario contra la crisis en clave española
En una conferencia pronunciada en el Círculo Financiero de La Caixa, a la que acudió arropado por la mayor parte de consejeros de su Gobierno, Montilla quiso abanderar el impulso de reformas económicas en clave de Estado para superar la crisis.
Aunque saludó el paquete de medidas contra el paro aprobadas por el Ejecutivo central la semana pasada, no dejó de insistir durante su discurso en la necesidad de "sacrificios", y de "renunciar a parte de lo que se ha tenido hasta ahora".
En este capítulo de sacrificios se verán incluidos los funcionarios catalanes, a tenor del aviso a navegantes que lanzó ayer el presidente. Inquirido por Cristian Rovira, de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Cataluña, Montilla reconoció "poco justificable" la subida salarial de los empleados públicos, un colectivo que "tiene un trabajo asegurado, cuando otros se están quedando en el paro", Por ello, apuntó que la subida salarial de 2009 ya está pactada (del 3,55%, por encima de la inflación de 2008, del 1,4%), pero sobre la de 2010 avanzó un "ya veremos" y añadió que se negociará a partir de mayo, dejando así la puerta abierta a la congelación salarial. "Vamos a tener que trabajar más y no necesariamente a ganar más", advirtió Montilla, uno de los primeros gobernantes en reconocer la dureza de la crisis.
El presidente catalán también lanzó el guante a Zapatero para que aborde otras reformas estructurales en el campo de la educación, la vivienda (favoreciendo la seguridad del alquiler) y de algunos sectores económicos como el transporte y la energía, donde aún cree necesario un mayor nivel de competencia. "La capacidad del Gobierno catalán es limitada y no sólo desde Cataluña se pueden hacer las cosas, es necesario que el Gobierno central y Bruselas nos ayuden", apuntó.
Montilla descartó "promesas fáciles" sobre bajadas de impuestos y defendió la batalla del Gobierno catalán contra la crisis, que han movilizado 7.750 millones. Destacó, por ejemplo, que sus inversiones en obra civil generarán 78.000 empleos este año, frente a los 52.000 del anterior. Pero defendió también la necesidad de mirar al largo plazo y criticó que las desgravaciones fiscales a la investigación (I+D) cambien en 2011, como está previsto.
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