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La formación a docentes no atiende las necesidades de los inmigrantes

Especialistas señalan el déficit educativo en materia de interculturalidad

Hace años que Andalucía camina hacia la plena multiculturalidad. Y sus escuelas e institutos son un reflejo de ello. En sólo 12 cursos lectivos, entre 1996 y 2008, se ha pasado de 4.254 alumnos extranjeros a 91.799. Desgraciadamente, este radical incremento no ha ido acompañado de un avance equiparable en las enseñanzas que maestros y profesores reciben en su formación universitaria para atender a esta nueva tipología de estudiantes. Las facultades de Magisterio y los cursos para obtener el Certificado de Adaptación Pedagógica (CAP) siguen careciendo de una enseñanza amplia y específica en la materia.

"Los alumnos universitarios actuales tienen una preparación mínima en este campo y absolutamente insuficiente", explica José Luis Álvarez, director del departamento de Educación de la Facultad de Ciencias de la Educación de Córdoba. "Durante dos décadas hemos tenido planes lamentables. Dos tercios de los mismos no contemplan ninguna asignatura en la que se forme para trabajar en contextos multiculturales. Y en un tercio de las universidades en las que sí se contempla dicha asignatura, ésta normalmente es optativa, por lo que no todo el alumnado ha pasado por esa formación mínima. Esperemos que cambie algo con los nuevos planes derivados de Bolonia", continúa.

Entre 1996 y 2008, se pasó de 4.254 alumnos extranjeros a 91.799
Un investigador denuncia los prejuicios de parte del profesorado

Álvarez lleva años trabajando en que los futuros docentes sean capaces de luchar, o al menos controlar, sus prejuicios sobre los inmigrantes. "La investigación demuestra que un porcentaje significativo del profesorado tiene marcados estereotipos y prejuicios acerca de los niños que pertenecen a grupos minoritarios (...) Y los docentes lo que tienen que hacer es educar a los alumnos en que el hecho de ser diferente es algo positivo y un valor", destaca el investigador.

Las carencias siguen la misma estela negativa en el CAP (un certificado que deben obtener todos los licenciados que deseen enseñar en la ESO o en Bachillerato y que ha venido siendo un mero trámite de pocos meses). Y como resultado: "Los profesores, en general, no saben nada de interculturalidad, lo que es terrible", dice Francisco Bautista, del Instituto Universitario de la Paz y los Conflictos, en Granada. "¿Qué pasará cuando la media de alumnos extranjeros sea de 10 a 15 en cada aula de 25, como en otros países", se pregunta. "Hay que trabajar e invertir mucho dinero porque, si no, jamás avanzaremos y eso es muy preocupante", prosigue.

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"Hasta ahora, la formación del CAP en interculturalidad era cero. Con el nuevo modelo de CAP que se va a implantar creo que se seguirá rayando el cero", afirma José Antonio Sánchez, director del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), que dirige un proyecto de estudios sobre buenas prácticas en escuelas multiculturales.

Sin embargo, Sánchez y Álvarez reconocen el esfuerzo que realizan los centros de formación de profesores, conocidos como CEP, a la hora de paliar estas carencias de base.

Aprendizaje del español

Las medidas a favor de la integración de alumnado inmigrante se pusieron en marcha con el primer plan integral de la Junta de Andalucía, a finales de los años noventa. Dentro de estos planes se incluye el área de intervención socioeducativa, que establece un conjunto de medidas entre cuyos objetivos se incluyen la escolarización en igualdad de condiciones, la puesta en marcha de programas que promuevan la interculturalidad y el aprendizaje de la lengua española, entre otras.

Como desarrollo del segundo plan integral se promulgó una orden de 2007 por la que se regulaban las medidas y atenciones para el alumnado inmigrante; y, sobre todo, las Aulas Temporales de Adaptación Lingüística (ATAL), cuyos docentes, que suman más de 300, se desplazan por los centros.

La Consejería de Educación lleva a cabo otros programas. Uno de apoyo lingüístico al alumnado inmigrante que trata de potenciar el aprendizaje del español en las horas de actividades extraescolares. Además, todos los años la Junta da subvenciones a diversas ONG y entidades locales para realizar labores de gestión intercultural. Así, el personal de estos organismos puede funcionar como intermediadores culturales en caso de conflictos entre familias, alumnos y profesorado.

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