Rusia reconoce que Obama ha abierto una oportunidad única para el desarme
Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia, señaló ayer que el desarrollo unilateral de sistemas estratégicos de defensa antimisil es un obstáculo para el progreso en la esfera del desarme nuclear. Lavrov lanzó esta advertencia durante la intervención que hizo en la Conferencia de Desarme de Naciones Unidas, que se reunió el sábado en Ginebra. Aunque el ministro ruso se refería a los planes estadounidenses de desplegar elementos del escudo nuclear en Europa del Este -que la nueva Administración mantiene, al menos de momento-, más tarde, en una rueda de prensa, Lavrov manifestó que el Gobierno de Barack Obama abre perspectivas reales para avanzar en materia de desarme e instó a "no dejar pasar" esta oportunidad única.
Estas declaraciones fueron hechas al día siguiente de que Lavrov y su homóloga norteamericana, Hillary Clinton, se reunieran en esa ciudad suiza. El diplomático ruso se declaró convencido de que Washington y Moscú pueden "reiniciar" sus relaciones bilaterales. "El relevo de Gobierno en Estados Unidos ha cambiado la situación, porque ahora el desarme multilateral es considerado una prioridad, cosa que no lo era en la Administración anterior", declaró Lavrov. Esta nueva posición adoptada por Washington crea un clima favorable para tomar medidas que permitan disminuir las tensiones y establecer "nuevas limitaciones" a la proliferación de armas de destrucción masiva, opinó.
En su discurso en Ginebra, Lavrov afirmó que es prioritaria la elaboración de un nuevo tratado, en la línea del de Reducción de Armas Estratégicas (SALT-1) que expira el 5 de diciembre de este año. Según Moscú, el nuevo pacto debe limitar tanto los portadores como las cabezas nucleares. Además, el ministro hizo un llamamiento a impedir la militarización de espacio y no instalar armas allí. Lavrov también instó a la Administración de Obama a ratificar el tratado que prohíbe las pruebas nucleares subterráneas.
El jefe de la diplomacia rusa insistió en que los planes estadounidenses de desplegar un escudo antimisiles y colocar algunos de sus elementos cerca de Rusia amenazan con "erosionar la estabilidad estratégica y desequilibrar el régimen de contrapesos que garantizan la paridad global". De ahí que Moscú proponga "una alternativa constructiva a esos planes unilaterales en esta importantísima esfera, a saber, unir los esfuerzos de todos los países para hacer frente a las potenciales amenazas de misiles".
En este terreno, el Kremlin ha prometido que continuará presionando a Irán para impedir que se convierta en una potencia nuclear, aunque no está dispuesto a abandonar la colaboración con Teherán en la esfera de la energía atómica. Este año debe comenzar a funcionar la central de Busher, construida por los rusos.
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