Goteo monetario
El BCE tiene margen para nuevas rebajas de tipos debido al descenso de la inflación
Como era previsible, el BCE ha reducido su tipo de intervención en medio punto porcentual, hasta el 1,5%, al mismo tiempo que el Banco de Inglaterra ha hecho lo propio, hasta el 0,5%. La cadencia de las decisiones del responsable de la política monetaria de la eurozona es un misterio. No es fácil comprender por qué este movimiento no se hizo en la reunión anterior, o por qué el pasado julio, en plena recesión y con expectativas bajistas claras sobre la evolución de los precios, el BCE subía el precio del dinero. Quizá algún día el banco se decida a explicar su gestión en esta crisis. Por el momento, conviene que no descarte nuevas rebajas de tipos como incentivo adicional a la economía.
Lo importante es que la referencia del precio del dinero que más interesa a las familias y empresas endeudadas, el Euríbor, puede seguir cayendo. Es uno de los dos aspectos favorables en la recesión más grave de los últimos 80 años; la otra es una tasa de inflación en mínimos que apenas erosiona la capacidad adquisitiva de las rentas. Como no es de esperar que ese comportamiento de los precios cambie de forma significativa, lo razonable es que el BCE siga bajando los tipos nominales de interés. Ésa es una de las condiciones necesarias para que la recesión en curso no se vea agravada. El BCE también debe ocuparse de restablecer el mercado interbancario. A los acreedores financieros no les favorecerá tanto la rebaja de tipos; los bancos tendrán que seguir remunerando con generosidad la captación de pasivo, a pesar de ese descenso. En especial si se consideran las revisiones cada día más numerosas de la calificación crediticia de las agencias de rating.
El anuncio que acaba de realizar Standard & Poor's, rebajando la calificación de Caja Madrid, Banco Popular, Ibercaja y Sabadell, aunque tenga una credibilidad relativa, dados los frecuentes errores de estas agencias, no favorece en absoluto la normalización de la actividad crediticia en nuestra economía. Las autoridades deberían disponer de un plan de actuación para el caso de que los avisos pasaran a mayores. Como está ocurriendo en otros países, las medidas para sanear el sistema bancario deberían tener el respaldo de los principales partidos políticos. La crisis financiera ha llegado tarde a España, pero en modo alguno hay garantía de que sea menos intensa y traumática que en otros países. Gobierno y oposición deberían ser conscientes de ello.
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