El PNV gana fagocitando a sus socios
Urkullu destaca su distancia sobre el PSE y anuncia que tomará la iniciativa para formar gobierno con Ibarretxe - Empezará las consultas por el partido de López
Un aplauso estruendoso proveniente del vestíbulo superior a la sala donde el presidente del PNV, Iñigo Urkullu empezaba a ofrecer su valoración del resultado interrumpió su intervención: en las pantallas apareció que el PSE-EE perdía un escaño y se quedaba en 24. "Nos corresponde abrir las negociaciones con el resto de los partidos para poner en marcha las instituciones", dijo a su vez un emocionado Ibarretxe ante las aliviadas bases de su partido.
El PNV salvó ayer con éxito las elecciones al imponerse con claridad a los socialistas, que quedaron muy lejos del empate que pronosticaban las encuestas. Ganó a costa de sus socios del Gobierno tripartito, a los que literalmente fagocitó, y de los escaños que ha dejado vacante la izquierda abertzale. El primero de los factores, pese a su clara victoria, convierte en inviable la repetición de esa fórmula, apuesta inveterada de su candidato a lehendakari, Juan José Ibarretxe.
El claro triunfo sobre el PSE da al PNV la iniciativa desde su minoría
El PNV sale como claro vencedor del pulso con sus socios de EA
El PNV conservó por sí solo y mejoró en uno los 29 escaños que tenía hasta ahora en coalición con EA y gracias al hundimiento de este partido, que se quedó con sólo dos de los siete que tenía. El desastre también de Ezker Batua, el tercer socio en el Gobierno tripartito de Ibarretxe, convierte al PNV en el gran rentabilizador de esa alianza que ha durado ocho años.
El partido que dirige Iñigo Urkullu vuelve a ganar los comicios autonómicos, aunque con las distancias muy recortadas respecto de su principal competidor, el PSE-EE. Hace cuatro años la ventaja entre la coalición que entonces formaron el PNV y EA y los socialistas fue de 11 escaños; ahora puede reducirse a cinco.
El PNV ha conseguido salir bien parado de la ruptura de la coalición con EA, que el partido de Urkullu intentó reeditar y ha conseguid en la práctica reabsorber la escisión que sufrió en 1986. La recuperación de sus votos ha sido especialmente importante en Guipúzcoa. Merced a ellos el PNV se impuso claramente en esa circunscripción al PSE-EE, derrumbando sus expectativas de repetir la victoria que registró allí en las forales de 2007 y en las generales de 2008.
La menor participación, situada tres puntos por debajo de la de 2005, no impidió al PNV, contra los pronósticos que indicaban que una mayor abstención perjudicaría a este partido, alzarse con la victoria. La seriedad que se veía desde poco antes del cierre de urnas en Sabin Etxea, la sede central peneuvista, en Bilbao, se tornó en júbilo cuando llegaron los dos últimos escaños, arrebatado uno a EB y otro al PSE, pese a que suma con sus socios del tripartito no alcanzaba la mayoría absoluta ni siquiera con el añadido del partido abertzale triunfador de la jornada, Aralar. La probabilidad de perder por primera vez el Gobierno resulta cierta por la suma de la mayoría absoluta entre PSE y PP, y las dificultades para que Ibarretxe se maneje en minoría otros cuatro años se antojan grandes.
El partido de Urkullu se sentía anoche, como ganador, con la legitimidad de tomar la iniciativa y emprender conversaciones con el resto del espectro político para tratar de que Ibarretxe repita al frente del Gobierno autonómico por cuarta vez consecutiva. Salvo un improbable pacto con el PSE o con el PP, Ibarretxe lo tendría que seguir haciendo en una incómoda minoría y sin el valioso apoyo que le han supuesto en todos sus anteriores mandatos los escaños de la izquierda abertzale, en momentos decisivos como la investidura o la aprobación de sus iniciativas soberanistas más polémicas, el Plan de 2003 y la hoja de ruta y la consulta de 2005.
Gobierno "coherente"
"El PNV trabajará, desde la responsabilidad de ser la primera fuerza política, para formar un gobierno coherente, fuerte y estable, presidido por Juan José Ibarretxe", anunció el presidente del partido, Iñigo Urkullu, tras felicitarse de haber recibido de nuevo "la renovación de la sociedad". Urkullu transmitirá hoy a la ejecutiva del PNV la intención de iniciar conversaciones con el resto de los partidos, empezando por el PSE-EE.
Destacó los seis escaños y 80.000 votos de diferencia que ha sacado a ese partido para advertir que confía en que "todos hayan entendido el mensaje de la sociedad vasca, que ha dicho 'no' al objetivo de desplazar al PNV del liderazgo". Urkullu envió también un primer mensaje al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapartero. "El PNV muestra su disposición al Gobierno español para pactar las bases de la profundización del autogobierno. Asumimos la legitimidad para liderar el proceso y el PNV no defraudará, estará más que nunca, si cabe, a la altura de las circunstancias", dijo. "Insistimos en asegurar y ampliar el autogobierno", advirtió, tras señalar que el compromiso será con la superación de la crisis, elevar el listón ético con la deslegitimación de la violencia y el aumento del apoyo a quienes la sufren, y fortalecer las instituciones vascas
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