Si una fuera idiota

Si una fuera idiota podría pensar que ha nacido en el PP una nueva sensibilidad hacia las mujeres y la maternidad que les mueve a declarar solemnemente que su oposición a la nueva regulación del aborto surge de su incuestionable decisión de apoyar a las madres, aunque sea con la reinstauración de un "comité de evaluación" que supervise las decisiones de las mujeres en relación a su cuerpo y su salud.

Si una fuera idiota y no tuviera memoria, pensaría que quizás están acertando al fin con el planteamiento de la cuestión que es defender el derecho de las mujeres a una maternidad responsable y no, como han venido haciendo hasta ahora, demonizar a quien, para ellos, es firme defensor de la proliferación indiscriminada de una intervención dolorosa y traumática.

Si una fuera idiota, no tuviera memoria y pecara de ingenuidad, pensaría que a partir de ahora, allí donde gobierna el PP, van a proliferar todo tipo de recursos encaminados a ayudar a las madres y a los padres, como guarderías públicas, aumento de becas de transporte y comedor, extensión de los centros de planificación familiar, medidas de conciliación de la vida familiar y laboral, etcétera.

Pero las mujeres no podemos permitirnos el lujo de perder el tiempo con idioteces, y nuestra memoria es capaz de recordar muchas y variadas muestras de la consideración y el respeto que las mujeres merecen a los partidos de derecha: su oposición y denuncia de la Ley Integral contra la Violencia de Género, su rechazo a la paridad en las listas electorales, su falta de interés en la potenciación de una red pública para niños de 0-3 años, su burla permanente y gratuita a las mujeres ministras.

Por eso, su oposición a la nueva regulación de la Ley del Aborto aprobada por la Comisión de Igualdad del Congreso no nos sorprende, aunque sí el descaro de pretender ser paladines de una causa en la que no creen ni han creído nunca.