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Los profesionales de las nuevas tecnologías suspenden a Cataluña

El sector se queja de falta de inversión y de formación adecuada a la empresa

Pasan los años, se suceden los diagnósticos y los gobiernos, proliferan los propósitos de enmienda y abundan los discursos favorables a la innovación, pero en febrero de 2009 Cataluña no consigue aprobar el examen de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, las llamadas TIC. Son los propios profesionales del sector quienes puntúan con un suspenso el estado de su implantación en la comunidad catalana, a tenor del primer barómetro TIC que ha realizado, a base de encuestas, la asociación Cercle Tecnològic de Catalunya (CTecno) y que será publicado esta semana.

Cada año habrá un barómetro nuevo para medir cómo evoluciona el panorama de una industria que, pese a su carácter emprendedor, sufre una excesiva "atomización y fragmentación", y anda falta de "identidad como sector" y de centros de decisión públicos y privados de peso. Su presidente, Carles Flamerich, afirma: "Queremos hacer de Pepito Grillo porque, pese a la crisis, existe demanda de más profesionales del sector que estén bien formados y porque los años de bonanza económica no se han empleado para dar un salto adelante hacia la sociedad de la información". Flamerich subraya que la mencionada atomización del sector "y las dificultades para sumar esfuerzos son el gran pecado del sector".

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Las principal debilidad señalada por el sector -20 de sus directivos considerados expertos en él han sido entrevistasdos en persona y 60 profesionales de empresas e instituciones tecnológicas han contestado por escrito- es su peor posicionamiento competitivo respecto al resto de Europa y del mundo. Del 1 al 10, la puntuación en este caso no supera el 3,3. Pero inmediatamente después, las críticas se concentran en el insuficiente vínculo existente entre lo que demanda el mundo empresarial y el tipo de formación que se da (en la Universidad o en los estudios de Formación Profesional).

"La gente sale de las universidades con un nivel de conocimientos elevado. Pero ¿sale bien preparada para, de forma inmediata, tener una actividad productiva? No. Hay un gap", contesta uno de los encuestados. La idea de que los nuevos profesionales están bien formados pero les falta ser productivos se repite. Y surge otro lamento: que el tipo de empleos relativos a la tecnología que se ofrecen "desmotivan" por sus sueldos bajos y las escasas perspectivas profesionales que abren.

En Cataluña faltan este año 15.000 profesionales, una demanda que con los que salen formados en distintos niveles sólo se cubre en parte (con 6.000 personas), según un reciente informe de la Fundación Observatorio para la Sociedad de la Información de Cataluña (Fobsic), el citado CTecno y el Instituto de Estudios Sociológicos DEP.

"La gente sale bien formada, pero hacen falta más profesionales bien formados", subraya Enric Renau, director de la consultora DEP y consejero delegado de Educaonline, quien añade que "el modelo económico catalán no ha incorporado las nuevas tecnologías en la medida en que era necesario". De ahí el 4,9 (o suspenso global) con que puntúa el propio sector el avance de las TIC en Cataluña.

Otro de los déficit importantes es el de la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), a pesar de que, lentamente, va avanzando, y también en los presupuestos públicos. Donde es más magra la inversión es en las empresas ajenas al sector TIC, y, en especial, en las pequeñas. "También influye el hecho de que los responsables políticos hablen mucho del tema, pero no lo comprendan bien, y no concreten su discurso, puesto que el sector público tiene un papel de tracción clave", añade Renau.

La ausencia tradicional de una apuesta vigorosa del capital riesgo en Cataluña, de la que siempre se ha quejado esta industria tecnológica, se ha agravado con la crisis y, según Flamerich, "puede acabar asfixiando a algunas empresas por falta de financiación".

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