La obras del metro dejan al aire un tramo del Rec Comtal
Una parte del antiguo canal pasa por la estación de Arc del Triomf
La gran acequia que sirvió para abastecer de agua a Barcelona durante siglos -la primera referencia de la obra hidraúlica es del año 992- está a flor de tierra. Ahora han emergido fragmentos del Rec Comtal en las obras que se hacen en el intercambiador de metro y Renfe en el Arc del Triomf. Desde cierta altura se ven trazas antiguas y restos de pavimentación de otras épocas. Están en medio de un gran solar -justo frente al Arc del Triomf, en la calle de Vilanova- en el que se tiene que alzar un hotel. Relativamente cerca, en la calle de Marina, aparecieron restos del Rec Comtal en 1997.
Los arqueólogos del Museo de Historia de Barcelona están trabajando desde la segunda semana de enero en los restos del Rec Comtal, hallados por encima de lo que es, en el subsuelo, el pasillo del metro. Y precisamente esa coincidencia es lo que hace imposible, por ahora, conocer la longitud del tramo. Cuando se derribe ese vestíbulo y el pasillo, se podrán ver mejor los restos, explicó el director del museo, Joan Roca, a este periódico.
El derribo del pasillo comienza mañana. Los trabajos del nuevo intercambiador y de mejora de la accesibilidad de las estaciones del metro y Renfe los ejecuta la empresa pública GISA. Se ha empezado por el lado del paseo de Sant Joan y ese acceso del metro de la línea 1 se cerrará este fin de semana. Sólo estará operativo el acceso por la plaza de André Malraux.
Mientras, en el solar donde han aparecido los fragmentos sólo trabajan los arqueólogos. "Se oye menos ruido desde hace unas semanas", explican unas jóvenes vecinas del inmueble que da al solar. Eso ocurre porque los trabajos se concentran en este momento en el subsuelo. Durarán cerca de dos años y casi acaban de empezar.
Supondrán poner en regla una de las estaciones de metro y Renfe más vetustas de ambas redes de transporte, utilizada por más de 200.000 viajeros al año. Sin escaleras mecánicas ni ascensores, los pasillos y tramos de escalera son un auténtico vía crucis para los viajeros cargados de maletas. Un ejemplo: una de las salidas del metro tiene 65 escalones para llegar a la calle.
En lugar de ese vericueto de pasillos y escaleras, se dibujarán dos grandes vestíbulos. El actual del paseo de Sant Joan tiene 160 metros cuadrados y el que ya se está diseñando será de 3.000. En ese lado se concentrará la primera fase de las obras. Para el siguiente año se prevé trabajar en el acceso del otro extremo de la plaza de André Malraux. Ese acceso ahora tiene 370 metros cuadrados y el futuro será de 2.200. En la superficie, nueve ascensores facilitarán el acceso al nuevo intercambiador. En total, dos años de obras. Lo que no está tan claro es cuándo se ejecutará la reforma de la citada plaza.
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