"Rusia es ahora extremadamente débil"
Conforme se agrava la crisis económica en Rusia, se reducen las "provocaciones" en la línea de alto el fuego en torno a la región separatista de Osetia del Sur, asegura el presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili. De hecho, ayer, Moscú y Tbilisi acordaron un mecanismo para prevenir incidentes en la zona controlada por las tropas de la Unión Europea (UE).
Saakashvili (Tbilisi, 1967) participó ayer en el debate A las puertas de Europa en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona; se entrevistó con el presidente de la Generalitat, José Montilla; empresarios, y el presidente del F C Barcelona, Joan Laporta.
Pregunta. ¿Qué secuelas sufre Georgia de la guerra del pasado verano?
"La guerra llegó con el petróleo a 140 dólares y la Bolsa rusa en su máximo"
Respuesta. Rusia sigue ocupando Abjazia y Osetia del Sur, pero esto no ha tenido un impacto sobre nuestro desarrollo. Según el Fondo Monetario Internacional somos uno de los pocos países que seguirán creciendo este año; un 2% o 3%. Por debajo del 14% de 2008, pero más que Rusia, que está en recesión.
P. ¿Aguanta el alto el fuego?
R. Sí, por la presencia europea. Además, conforme Rusia ha ido entrando en problemas económicos, las provocaciones se han ido reduciendo. Hay una relación directa.
P. ¿Está Georgia reconstruyendo su Ejército?
R. Georgia no piensa construir un [nuevo] Ejército, todo lo más reparar lo que se destruyó durante la guerra; conservar nuestras capacidades. Espero que podamos establecer programas con la OTAN.
P. ¿Para cuándo el ingreso de su país en la OTAN?
R. Acabará produciéndose, pero será un proceso lento y largo, que pasará por una integración de la región en Europa.
P. ¿Cómo ha sustituido Georgia el vital mercado ruso?
R. Ya lo perdimos en 2006. Moscú nos cortó la electricidad en 2005 y dos años después empezamos a exportar energía a Rusia, en lugar de importarla. Hemos conseguido una relativa independencia energética y estamos preparados para hacer frente a cualquier chantaje. En 2006 Rusia nos declaró el embargo económico por razones sanitarias y crecimos un 10%. Nos ha servido para mejorar nuestros productos y buscar nuevos mercados. El vino, por ejemplo, lo exportamos ahora a Escandinavia y es de mejor calidad que el que vendíamos a Rusia.
P. ¿Tomaría ahora las mismas decisiones que tomó este verano?
R. Creo que no tomamos ninguna decisión. Un gran país siempre puede atacar a uno pequeño. La única cuestión es cómo lo vende. Y lo cierto es que el mundo casi acabó por creer que Georgia invadió Rusia, lo que es una locura. Fue una escalada a lo largo de varios años que lógicamente acabó con la invasión. La guerra llegó cuando el petróleo estaba a 140 dólares el barril y la Bolsa de Moscú en máximos históricos.
P. ¿La situación ha cambiado?
R. Sí, Rusia es ahora extremadamente débil. Su economía se está desintegrando, no sólo por la caída del petróleo, sino por un problema sistémico de falta de inversiones.
P. ¿Cuál es el futuro de la región del Cáucaso?
R. Pasa por un acercamiento a Europa, y eventualmente por una situación que integre también a Rusia. La otra alternativa, como algunos sostienen en Europa, es una nueva versión de la guerra fría que concede a Rusia un área de influencia. Pero esto no responde a la realidad. Rusia tiene 140 millones de habitantes y los países que se supone deberían estar bajo su influencia suman más de 150 millones.
P. ¿Contempla algún cambio con la nueva Administración de Estados Unidos?
R. Estados Unidos entiende muy bien cuáles son las prioridades. Es cierto que Nicolas Sarkozy jugó un papel en el alto el fuego, pero sin la intervención norteamericana los rusos no se hubieran detenido. Hubo mensajes muy potentes desde la Casa Blanca y movimientos de la VI Flota.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.