La crisis se amortigua en Arco
Las cinco galerías vascas que participan en la feria cierran con un balance positivo a pesar de reconocer un descenso acusado en las ventas
Los pésimos augurios que precedieron a la inauguración de Arco no se han cumplido. La feria, que cierra hoy sus puertas en los pabellones de Ifema, en Madrid, después de seis días de exposición, estaba preparada para que el mercado de arte recibiera de pleno el impacto de la recesión económica internacional. Las previsiones no se están cumpliendo. Las cinco galerías procedentes del País Vasco presentes en Arco 2009 - Vanguardia, Carreras Múgica y Windsor Kulturgintza, de Bilbao; Altxerri, de San Sebastián, y Trayecto, de Vitoria- hicieron ayer un balance mayoritariamente satisfactorio de su paso por la feria, a pesar de acusar un descenso generalizado en las ventas.
"Esperábamos no salir dañados, y acabamos bastante contentos", resumió Fernando Illana, de Trayecto. Illana se ha beneficiado de las compras institucionales, que han descendido en menor medida. La Comunidad de Murcia adquirió al poco de abrirse la feria obras de Juan Luis Moraza y Fernando Sinaga. Después llegaron los coleccionistas privados, que compraron pintura de Aitor Lanjarín y escultura de Fernando Sinaga. El dinero público y el privado, en su caso, se han repartido la facturación final, aproximadamente, a partes iguales.
Artium incorpora a su colección una obra de Paco Polán, adquirida a Windsor
La menor actividad del mercado no ha provocado una caída de precios
El director de Trayecto calcula que las ventas se han reducido un 40% respecto a 2008. Otros galeristas vascos calculan que han vendido la mitad que la media de los últimos cinco años, en los que "se movía mucho dinero y era más fácil vender". Ignacio Múgica, de Carreras Múgica, precisa que este año las ventas han ido más lentas, y a nombres menos arriesgados, en medio de "un ambiente más calmado y prudente" que el que propiciaba la euforia económica de tiempos pasados. La ventaja, añade, es que se ha podido dedicar más tiempo a los clientes y potenciar una relación de confianza con los coleccionistas. "El esfuerzo es mayor, pero quizá sea más razonable". Carreras Múgica ha contado entre sus clientes con un museo español, y ha vendido a coleccionistas grabados de Chillida, y piezas de Juan Pérez Agirregoikoa y Asier Mendizabal.
El balance provisional de Vanguardia también es positivo. A las tres fotografías de Alfonso Zubiaga que ha vendido se suman en el balance positivo que realiza su directora, Petra Pérez, los contactos realizados y el interés mostrado por obras concretas, como la instalación Diamantes en bruto, de Mabi Revuelta, a la que echó el ojo un museo. Windsor ha vendido una de las 24 esculturas de Jorge Oteiza que ha expuesto en Arco y obras de Fernando Villena, Darío Urzay y una pieza de Paco Polán, que irá a la colección de Artium. "El cliente de Arco ha estado en la feria, aunque otro tipo de coleccionista se ha retraído", explica Roberto Sáenz de Gorbea. "Las ventas y las operaciones que se cerrarán más tarde han sido positivas, pero también es muy gratificante que se hable de Windsor por las obras de Oteiza".
Altxerri tiene una valoración más pesimista del desarrollo de la feria. "El balance de Arco es mejor de lo esperado, pero no nos deja satisfechos. No ha sido la catástrofe anunciada, pero el resultado es flojo", valora el copropietario de Altxerri, Juan Ignacio García Velilla. Aún así, Altxerri cerrará la feria con la venta a Kutxa de la obra más importante que ha presentado en Arco: la Cinta de Mobelius, de Alejandro Garmendia, una pieza de dos por cuatro metros. Además ha encontrado compradores, entre otras obras, para piezas de Esther Ferrer.
24 horas antes de comenzar el desmontaje de los pabellones, los galeristas esperaban ayer a los compradores rezagados para cerrar el balance de la feria. "Es un balance provisional porque los contactos abierto en Arco, se prolongan tiempo después. Todavía puede haber más ventas", aseguraba un galerista vasco. A última hora aparecen los buscadores de gangas, dispuesto a aprovechar que el negocio se debilita para regatear. Los galeristas vascos coinciden en que los precios se han mantenido. "No nos podemos cargar el mercado tirando los precios, cuando en los buenos tiempos hemos subido con tino", señala Petra Pérez. "No hay saldos", dice García Velilla. "Puede haber un pequeño descuento a clientes habituales o facilidades de pago, pero los precios se mantienen si se trabaja con obra que no se ha sometido a la especulación".
Las galerías siguen confiando en las ferias a pesar del contexto de recesión económica. En mayo Trayecto, por ejemplo, volverá a probar suerte en la feria de arte contemporáneo de Viena. "El boom de las ferias se ha acabado", dice Illana. "Pero hay que salir a la búsqueda de un mercado que en el entorno de la galería no existe".
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