_
_
_
_
_
Reportaje:breakingviews.com | Laboratorio de ideas

Primer asalto

El gesto del Santander con los afectados por Madoff podría no ser suficiente

El Banco Santander está intentando resarcir a los clientes expuestos al supuesto fraude de Bernard Madoff. Es justo, y también sensato. La restitución podría ayudar al banco español a restaurar su dañada reputación como gestor de riesgos. Pero la oferta parece tacaña. Planea cubrir las pérdidas de 2.300 millones de euros sufridas por los clientes con participaciones preferentes del banco valoradas en 500 millones de euros.

Es una desaparición como por arte de magia, y se produce en tres partes. En primer lugar, el banco no ofrece dinero a los clientes institucionales. Eso supone aproximadamente la cuarta parte de las pérdidas de 2.300 millones de euros.

Están además los beneficios imaginarios de Madoff. El Santander sólo tiene intención de devolver los 1.300 millones de euros originalmente invertidos por sus clientes particulares. Es bastante justo: los inversores habrían obtenido mejores resultados en una cuenta de ahorros, pero peores en el mercado bursátil.

Por último, no ofrece dinero en efectivo, sino participaciones preferentes, con un magro interés del 2%. El banco tendrá la opción de recomprar las participaciones, que cotizarán en Bolsa y serán redimibles a partir de 10 años. A cambio, los clientes particulares deben prometer no demandar y seguir trabajando con la entidad financiera.

El Santander afirma que el coste antes de impuestos de emitir estas participaciones es de 500 millones de euros. En una década, eso equivale a una tasa de descuento del 10%, razonable para las participaciones no preferentes de este banco, que probablemente sean ilíquidas. Pero si los clientes quieren vender las participaciones antes, es probable que tengan que hacerlo con un fuerte descuento.

El Santander gana varios puntos en relaciones públicas por hacer una oferta justo cuando empezaban a presentarse las demandas. Pero el banco ha hecho muy pública su posición negociadora, y sus clientes podrían exigir más. Parece que tienen cierto margen de maniobra. -

El presidente del Santander, Emilio Botín (derecha), y Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado, en la junta de accionistas del lunes.
El presidente del Santander, Emilio Botín (derecha), y Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado, en la junta de accionistas del lunes.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_