Nozar sobrevaloró sus activos en 161 millones
Nozar vuelve a estar contra las cuerdas. El juez decidirá esta semana si declara a la inmobiliaria en concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos). Es la tercera vez en apenas un mes que la empresa que preside Luis Nozaleda está en apuros. Lo estuvo en diciembre, cuando renegoció 205 millones con Reyal Urbis, y también ayer, cuando trataba de aplazar una deuda de 135 millones con Colonial que tenía como garantía el complejo de esquí de Boí Taüll, en los Pirineos.
Este tipo de operaciones, según fuentes financieras, han puesto en jaque a Nozaleda, que para realizarlas pignoró acciones de su cartera de valores e hipotecó activos inmobiliarios. Y tanto las acciones como los edificios y el suelo se han devaluado. Según el auditor de las cuentas de 2007, Nozar efectuó una "sobrevaloración neta de existencias" por valor de 161 millones, de los cuales 122 millones eran minusvalías que no habían sido provisionadas.
El valor de sus participaciones en inmobiliarias cotizadas también se ha desplomado. En diciembre de 2007 había pagado 724,8 millones por el 10,95% de Colonial, el 5,97% de Aisa y el 23,41% de Afirma, la antigua Astroc, según el Registro Mercantil.
Acciones devaluadas
Ya en 2007 provisionó 134 millones por las participaciones en empresas asociadas. Pero en un año su cartera de participaciones en inmobiliarias ha caído un 94,3%, hasta los 41,6 millones, a precios del viernes. En 2008 se desprendió de acciones de Colonial y Afirma para obtener liquidez, pero mantiene paquetes muy deteriorados del 5,97% en Aisa, el 9,045% en Colonial y el 9,33% en Afirma.
El directivo de una inmobiliaria describe a Nozaleda como "un tipo legal, que valora mucho la amistad". Este apego, coincide un banquero, es la clave del calvario. Nozar es una inmobiliaria de categoría medio-alta, con una buena cartera. Sus errores, coinciden varias fuentes, fueron seguir a Luis Portillo o Enrique Bañuelos, pignorar esos títulos y adquirir futuros sobre acciones que, a finales de 2007, eran demasiado caras.
Pero ha sido una deuda de poco más de 300.000 euros con Avalatransa, que Nozar niega, la que la ha llevado al borde del concurso. Justo cuando, según fuentes del sector, había reducido su deuda financiera de 4.000 a menos de 2.000 millones, cantidad que está reestructurando.
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