La vivienda protegida salva el mercado inmobiliario en el primer año de crisis
Casi la mitad de los pisos promovidos en 2008 fueron de protección oficial
El mercado inmobiliario de Euskadi consiguió capear 2008, el primer año de la crisis, gracias a la construcción de viviendas protegidas. Gobierno, ayuntamientos y promotores privados levantaron un total de 7.117 viviendas de protección oficial (VPO), lo que supone apenas 200 menos que en 2007, un año récord en la edificación de este tipo de inmuebles. La cota de 2008 representa la segunda mejor marca desde que el Gobierno vasco elabora su propia estadística. Ese tirón compensó la caída de un 32% en la construcción de pisos libres, que se quedaron en alrededor de 7.600, según los datos que ayer facilitó el consejero de Vivienda, Javier Madrazo.
Aún y todo, este bajón es menor que la media de caída en el conjunto de España, que es de un 50%. Madrazo puntualizó que a la hora de enjuiciar el descenso de la vivienda libre en la comunidad autónoma es preciso tener en cuenta que el año anterior, 2007, había sido "excepcionalmente bueno". Y en ello influyó que los promotores y constructores se apresuraron a calificar sus proyectos entre enero y marzo de ese año, justo antes de que entrara en vigor el Código Técnico de la Edificación, que encarece las obras al introducir mayores exigencias.
La construcción de pisos libres se desploma un 32% y queda en 7.600
Álava, como viene siendo habitual en los últimos años, acaparó la construcción de VPO, con 3.089. Otra 1.712 se levantaron en Vizcaya y las 2.316 restantes en Guipúzcoa. La mayor abundancia de suelo y la apuesta decidida del Ayuntamiento de Vitoria por impulsar los pisos protegidos hace posible que Álava, la provincia con tan sólo el 16% de población se lleve el 43% de la construcción.
En conjunto, prácticamente la mitad de toda la vivienda que se promovió en el País Vasco en 2008 (el 48%) fue VPO. Un porcentaje que supera incluso las previsiones más optimistas del Departamento de Vivienda y que se encuentra a enorme distancia de la media en el resto del país, que a duras penas supera el 10%. Durante los años 1990-2001, la cuota de vivienda protegida en Euskadi estuvo ligeramente por encima del 20%.
La comunidad ha producido de forma invariable unas 16.000 viviendas al año durante la última década (lo que supone en torno a siete por cada 1000 habitantes), mientras que en otras autonomías se ha superado los 17 pisos por cada 1.000 habitantes. Los constructores siempre se han quejado de que se trata de un nivel de edificación muy bajo, pero Madrazo recordó la actual coyuntura, en que miles de inmuebles se quedan sin vender en el conjunto de España debido a la superproducción.
De los 7.117 pisos protegidos, el 44% se dedicó al alquiler (un total de 3.116 unidades). En la actualidad, el parque vasco de alquiler protegido supera las 17.000 viviendas. El Plan Director 2006-2009 plantea como objetivo llegar a las 19.000. El Gobierno ha incrementado en los últimos meses las ayudas a los ayuntamientos y promotores privados para fomentar el alquiler. Ahora, las subvenciones directas pueden llegar hasta los 45.000 euros por cada vivienda destinada al arrendamiento.
Entre otras ventajas, el consejero destacó que un alto nivel de producción de pisos protegidos permite ofrecer a los ciudadanos casas en venta y alquiler a precios dos y tres veces inferiores a los del mercado. La consecuencia es que se presiona para que baje el coste de la vivienda libre. Y en cuanto a los promotores y constructores, la vivienda protegida se ha convertido en un refugio cuando vienen mal dadas. "La edificación de pisos protegidos ayuda al sector a capear la crisis con mejores perspectivas de actividad y empleo".
Madrazo entiende que los datos confirman que el modelo vasco de vivienda (en el que la protegida alcanza al menos una cuota de mercado del 40%) no produce "ni burbujas especulativas en tiempo de bonanza económica ni severos desplomes en su actividad en épocas de crisis".
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