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Reportaje:Información privilegiada | Empresas & sectores

Fe, Esperanza y Caja Madrid

La presidenta de la Comunidad madrileña no logra controlar la entidad de ahorro

Miguel Ángel Noceda

Mientras preparaba nuevas ofensivas para controlar Caja Madrid, el temporal arreció en casa de Esperanza Aguirre. Esta semana EL PAÍS ha desvelado una trama de espionaje ilegal que implica directamente a varios cargos del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Es un escándalo que incide en el enfrentamiento interno en el PP en Madrid, sobre todo entre la presidenta y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y que ha tenido una de las descargas más significativas en el acoso a la entidad de ahorro, donde la balacera ya es intensa.

El conflicto viene de lejos. Han corrido ríos de tinta durante meses por el interés de Aguirre de desconectar de la presidencia de Caja Madrid a Miguel Blesa, que se ha parapetado con el apoyo de Gallardón y del presidente del PP, Mariano Rajoy. Aguirre volcó toda su fe en la operación. Cambió la ley de cajas de la Comunidad y orquestó acciones para desestabilizar a Blesa, aunque quizá no haya reparado que también lo hacía con la institución, segunda caja y cuarta entidad financiera del país, con ocho millones de clientes y un negocio cercano a los 270.000 millones.

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El viernes de la pasada semana fue clave. Aguirre sufrió la más dura derrota cuando se aprestaba a dar el golpe de gracia en la Comisión de Control, que es la que decide el proceso electoral que determinará si Blesa sigue o no. Si la mayoría de la comisión decidía aplicar la nueva ley, se anularía el proceso electoral abierto en octubre para la renovación de 12 de los 21 consejeros, entre ellos, Blesa, y éste estaría abocado a la retirada. Aguirre había negociado el apoyo de los socialistas; pero uno de éstos "votó en conciencia" y la comisión tumbó la esperanza de Aguirre.

Blesa ganó, aunque Aguirre no ceja. El cajero quiere permanecer otros seis años, a los que le amparan la antigua ley, y completar un mandato de 18 años, lo que no está nada mal. Su mentor fue José María Aznar y su defensor, que lo sigue siendo, Ruiz-Gallardón, que seguramente lo incluirá en la lista de consejeros que representen al ayuntamiento por el PP en la citada renovación en detrimento de uno de los tres actuales (Mercedes de la Merced, Jesús Pedroche y Alberto Recarte), a no ser que entre en representación de entidades sociales, cargo que ocupa Gerardo Díaz Ferrán.

Además, se renuevan dos representantes del PP por la Asamblea de Madrid, a quien debía su cargo Blesa y que es seguro que no volverá a ser incluido, y uno del PSOE; dos del PSOE, uno de IU y otro de UGT por el ayuntamiento, y otro de CC OO por entidades sociales.

Las fuerzas están ahora a favor de Blesa en relación de 14 a 7. Tras la renovación, es posible que las fuerzas se modifiquen si sigue el pacto con el PSOE. Para ser elegido presidente, un consejero necesita 11 votos de los 21. En la actualidad, cuatro de los ocho del PP votan en contra de Blesa y tres de los cuatro del PSOE se abstienen. El resto son cuatro de CC OO, uno de IU, uno de UGT, uno de la Confederación de Cuadros y dos independientes.

La batalla de Caja Madrid, por otra parte, ha desatado el conflicto por el poder político en las cajas de ahorros. Ha hecho saltar del sillón, también esta misma semana, a la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). No suele ser muy común que el órgano que agrupa a todas las cajas se caliente; pero el asunto es tan evidente que no quedaba más remedio. Sin mencionar expresamente a ninguna caja, el organismo que preside el cada vez más contestado Juan Ramón Quintás reclamó al Gobierno que lleve a cabo las "reformas legales que preserven el principio constitucional de autonomía empresarial" de las cajas.

Es decir, más independencia frente al poder político, de manera que los representantes de los partidos se plieguen a los intereses de las cajas y no a los de sus grupos. Además del lío de Caja Madrid, aparecen los conflictos que surgen en cada comunidad cada vez que se habla de fusiones, a las que por otra parte muchas parecen abocadas. La aclaración del panorama es obligada. Sin embargo, va a ser difícil que el Gobierno entre al trapo de forma inmediata. Bastante tiene con la crisis.

Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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