Lampedusa se rebela contra la acogida de 'sin papeles'
La pequeña isla siciliana de Lampedusa protestó ayer contra la decisión del ministro del Interior, Roberto Maroni, de abrir un nuevo centro de acogida para extranjeros. Encabezados por el alcalde, 4.000 de los 6.000 habitantes bloquearon calles, hicieron huelga general e impidieron el traslado de cientos de inmigrantes que iban a ser repatriados al grito de "no queremos que Lampedusa se convierta en Alcatraz".
Mientras la multitud tomaba la ciudad ante cientos de agentes antidisturbios, la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) recordó que la situación en el centro de retención existente es insostenible desde hace ya semanas, "con cientos de personas durmiendo a la intemperie bajo plásticos". Casi 2.000 inmigrantes africanos llegados por mar se hacinan en el lugar, con capacidad para 800. Muchos proceden de zonas en conflicto como Eritrea y Somalia, son refugiados y han pedido asilo en Italia, explicó ACNUR, que pidió al Gobierno medidas para resolver la crisis.
A comienzos de año, el Gobierno italiano decidió cambiar el "modélico procedimiento de acogida mixta" de Lampedusa obligando tanto a los inmigrantes como a los solicitantes de asilo a permanecer en la isla mientras se toma una decisión sobre sus casos. Laura Boldrini, portavoz de ACNUR, explicó que 250 demandantes de asilo fueron transferidos ayer a Bari, lo que contribuyó a aliviar un poco la situación.
El nuevo Centro de Permanencia Temporal (CPT) será levantado en los terrenos de la antigua base de la OTAN en Loran. Si los vecinos lo permiten. "Quieren militarizarnos, pero esta isla vive del turismo y Maroni no puede destruir años y años de trabajo", afirmó un isleño en televisión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.