El límite a 80 reduce la contaminación como si cada día circularan 20.000 coches menos
Los amigos de los coches rápidos lo tienen crudo: los datos demuestran que la limitación de velocidad aplicada en 82,7 kilómetros de autovías del área metropolitana es efectiva. La contaminación se redujo, en los primeros siete meses de aplicación, el 4%, o lo que es lo mismo, tanto como si cada día hubieran dejado de circular 20.000 vehículos, sólo en la zona donde se aplica la limitación. O si se prefiere contar de otra manera, como si durante 40 días al año no circularan coches por esas vías.
Los datos los ofreció ayer el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, en respuesta a una interpelación del diputado de Ciutadans Albert Rivera, alineado con los críticos respecto a la medida.
Baltasar no improvisó en su intervención. Se limitó a dar datos en los que señalaba que las mejoras medioambientales son notables. Quizás podrían ser mejores, pero lo cierto es que la emisión de dióxido de nitrógeno se reduce en 1,7 toneladas por día y el "material particulado", o sea, partículas contaminantes en suspensión, un 3,7%. Y la reducción de los gases de efecto invernadero conseguida con la limitación de velocidad equivale a 93.400 toneladas de anhídrido carbónico. Ahora bien, en la zona en que mejora (hasta a 1,5 kilómetros de distancia de la vía afectada) la reducción alcanza el 11%.
No sólo se mejora la calidad del aire, también decae el ruido, verdaderamente insoportable en algunos puntos. La reducción media es de tres decibelios. Más aún: la medida contribuye a que mejore la balanza de pagos española porque produjo un notable ahorro de combustible: 38 toneladas diarias de gasolina y 43 toneladas de gasóleo, lo que supone un ahorro anual de unos 44 millones de euros.
Llamativamente, la ciudad que menos se beneficia de las mejoras es Barcelona porque las limitaciones afectan, sobre todo, a poblaciones del Baix Llobregat y del Vallès. En la capital catalana no se aplica ningún tipo de reducción porque no hay ni una sola vía donde se puedan superar los 80 kilómetros por hora. En el Consistorio barcelonés hay una cierta voluntad de ampliar las zonas de limitación a 30 kilómetros como máximo, pero la propuesta avanza con mucha lentitud, vistas la resistencia que presenta cualquier limitación al uso del coche privado.
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