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El Baix Llobregat trata de evitar la fuga de compradores a Barcelona

L'Hospitalet, Esplugues y Cornellà hacen campaña para comprar en sus tiendas

En las rebajas, las calles de Barcelona se llenan de compradores, ansiosos por hallar las mejores ofertas. En las cercanías de la capital, sin embargo, ayuntamientos y comerciantes del Baix Llobregat luchan para que sus habitantes opten por el comercio de proximidad y huyan de los grandes ejes comerciales que pueden encontrar en la capital catalana. Campañas informativas, planes urbanísticos que ordenan los centros locales, regalos, tarjetas de fidelización... todo para que el comprador gaste el dinero cerca de casa.

"Es muy difícil competir con la variedad de artículos que el comprador puede encontrar en la capital", reconoce Soledad Jiménez, presidenta de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Sant Joan Despí. La edil de Comercio de la localidad, Belén García, va más allá: "Competir en comercio con Barcelona sería absurdo".

Publicidad, abrir sábados por la tarde y tarjetas conjuntas, entre las medidas

¿Qué puede hacer el comercio local ante la competencia barcelonesa? "Debemos poner en valor la proximidad, la calidad de nuestros productos, y la atención personalizada", responde García. Resaltar los valores es la clave: "Fiar y apartar género son costumbres de la tienda de toda la vida que el cliente no puede encontrar en un centro comercial; hay que volver a eso", esgrime Jiménez.

"Nosotros recomendamos a las tiendas que tengan un horario que se ajuste a la demanda, que abran el sábado por la tarde, por ejemplo", detalla María Mena, edil de Promoción Económica de Esplugues de Llobregat. Su homólogo de L'Hospitalet, Alfons Bonals, ilustra las dificultades de adaptarse a las grandes superficies: "El centro comercial puede abrir los domingos. Si lo hace la tienda del barrio se altera la estructura familiar".

Estas acciones sirven para mantener al cliente de toda la vida: "La fidelización está en función del servicio y la calidad", opina el presidente de la Unión de Tenderos de L'Hospitalet, Vicenç Ibáñez.

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Para atraer a compradores, los municipios y comerciantes promueven campañas en periodos con muchas ventas, como Navidad y rebajas. Todos los municipios llenan sus farolas de carteles reclamando la compra en el comercio local; en Navidad, comerciantes y Ayuntamientos se encargan de alumbrar las calles para hacer más atractivas las compras.

El resto de esfuerzos se concentra en las propias tiendas, con regalos o descuentos: el obsequio estrella es la bolsa de reciclaje, en la que participan los comerciantes, los municipios y la Generalitat.

La originalidad es norma para atraer a más compradores: Sant Joan Despí hizo en Navidad un casting entre sus habitantes para protagonizar la campaña de comercio, y la asociación Cornellà Compra a Casa triunfa este año con una agenda que regala a los compradores fieles.

Cornellà es el único municipio que, por el momento, ha adoptado un modelo de tarjeta cliente parecido al que tienen las grandes superficies. De cada compra que se hace en las tiendas -hay unas 200 asociadas a Cornellà Compra a Casa-, el 1% de la factura vuelve a la cuenta del comprador, que después puede gastar lo acumulado en los establecimientos de la localidad. Todo, a cuenta del Ayuntamiento: "Es un circuito cerrado que no repercute en el comerciante y que fideliza al cliente", explica Sergio Fernández, teniente de alcalde de Economía de Cornellà. Para René López, presidente de Cornellà Compra a Casa, la tarjeta sólo trae ventajas, porque "le da al comercio la sensación de estar en un consorcio grande".

El tranvía facilita el flujo de clientes

Cornellà, Esplugues, Sant Joan Despí y L'Hospitalet están entre las ciudades mejor comunicadas de Cataluña. Las cuatro tienen tranvía, acceso por autopista, tren y, excepto Sant Joan, están en la red de metro. "Vivir al lado de una gran capital como Barcelona tiene ventajas, pero también inconvenientes", opina Alfons Bonal, edil de Promoción Económica de L'Hospitalet. Muchos compradores de estas cuatro ciudades optan por subirse al tranvía para hacer sus compras, puesto que en escasos minutos el transporte público los deja en el eje comercial de la avenida Diagonal de Barcelona.

La situación de los municipios, cuarteados por numerosas infraestructuras, hace que los ejes comerciales locales estén separados entre sí, y en algunas zonas es más cómodo acercarse a Barcelona que comprar en el propio municipio.

"Estar tan bien comunicados con la capital obliga a hacer un esfuerzo de promoción de nuestro propio comercio", postula Sergio Fernández, teniente de alcalde de Economía de Cornellà. Paralelamente a las campañas comerciales, los municipios han iniciado planes de dinamización de los mercados municipales e impulsan reformas urbanísticas para facilitar el acceso a los núcleos comerciales locales.

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