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Columna
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Tonterías y tendencias

Hace tiempo que llegue a la conclusión de que los partidos políticos crean la figura de un número dos para evitar que el líder sea el único que diga tonterías. En los partidos de izquierda, que suelen tener algo más de democracia interna, el peso de decir bobadas suele estar más repartido entre la militancia. Al número dos se le asigna un protagonismo especial a la hora de decir naderías, pero no están deslegitimados otros dirigentes para proclamar sus propias sandeces. En los de derecha, donde tener opiniones propias suele estar peor visto, las chorradas suelen ser patrimonio exclusivo del encargado de decirlas, que en la mayoría de los casos suele tratarse de una persona de confianza del líder. Por eso, las chorradas dichas por otros dirigentes se desautorizan.

Antonio Sanz, el secretario general del PP andaluz, creo que es un ejemplo evidente de lo que les acabó de contar. Es el encargado en el PP andaluz de que los dirigentes de su partido digan las menos tonterías posibles, ya que él es el único autorizado para decirlas. Por eso ha tenido que salir al paso de las declaraciones de la diputada del PP catalán Montserrat Nebrera, que aseguró en una tertulia de la cadena SER que la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, "tiene un acento que parece un chiste", en alusión a su habla andaluza. Sanz ha deslegitimado a su compañera con esta frase: "Nebrera no ostenta ninguna representación en la dirección del PP". O lo que es lo mismo, la diputada catalana no tiene autoridad para decir chorradas.

No es la primera vez que planteo que es difícil comprender por qué cada vez que se acercan unas elecciones en Andalucía hay un dirigente del PP que dice una pamplina. Ahora no ha hecho falta tan siquiera la cercanía electoral. Ha sido suficiente con una encuesta que les favorecía. Con lo bien que le van las cosas al PP en Andalucía, que acaba de encargar un sondeo que le da un empate técnico con el PSOE en expectativas de voto. "Hasta ahora ninguna encuesta, ni encargada por nosotros ni por otros, había llegado a estos niveles. Estamos a un empate técnico, a sólo un punto de la victoria", ha declarado animado Sanz, aunque advirtiendo que no hay que echar las campanas al vuelo y que lo importante es la tendencia. Y en eso tiene razón. Hasta hace poco el PP encargaba encuestas para decir que el PSOE no obtendría mayoría absoluta, ahora ya las encarga para empatar. Cualquier día, Arenas y Sanz pagan una encuesta que dice que van a ganar.

Con el paro en Andalucía pasa como con las expectativas electorales del PP, que lo importante es la tendencia. En las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo engordan a diario las listas de espera para esperar a encontrar un trabajo, pero lo esencial para al consejero de Empleo de la Junta, Antonio Fernández, es la tendencia. Hemos superado los 700.000 parados, pero el número se incrementa porcentualmente en menor medida que en otras comunidades autónomas y ahí es donde está lo importante para el consejero, en la tendencia que llevamos.

Por eso Antonio Fernández es a Manuel Chaves en materia de empleo lo que Sanz a Arenas en materia de encuestas, el encargado de que el presidente de la Junta no tenga que decir naderías cada vez que salen los datos del paro. Por cierto, y hablando de tendencias, a la par de la encuesta del PP se han conocido los datos del barómetro del Instituto de Estudios Sociales Avanzados, cuyo sondeo dice lo contrario: diez meses después de las elecciones andaluzas el PSOE volvería a ganarlas por mayoría absoluta. Pero aquí entra la tendencia. Por primera vez en 15 años, los andaluces que desaprueban la actuación personal de Chaves son más que los que la aprueban. Y seguro que en eso tiene que ver, además de su larga permanencia en el poder, el desgaste por la crisis económica. O sea la tendencia del paro.

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