Deshaciendo el camino

Poco ha durado el intento de los mercados de olvidar el terrible 2008. Las tres primeras sesiones del año se saldaron con ganancias. Pero este cambio de tendencia ha sido efímero, un mero espejismo. Cuando han llegado las noticias que vuelven a poner la crisis sobre el tapete con toda su crudeza, la renta variable ha vuelto al desánimo.

Ayer fueron los datos del paro en España y la Unión Europea, el día anterior el empleo privado en Estados Unidos. Y para hoy no se esperan mejores datos para el conjunto de mercado laboral de la primera economía del mundo. Así que a las Bolsas no las reanimó ni la bajada de tipos de interés del Banco de Inglaterra.

Con estos mimbres, el Ibex cerró la sesión perdiendo el nivel de los 9.500 puntos. El índice selectivo se dejó en la sesión un 1,05%. Pesó sobre él la caída de Inditex, FCC y ACS. Pero también la que sufrieron los grandes. Algo que viene siendo la tónica dominante desde que ha comenzado el ejercicio. Sólo el Santander, de los tres grandes, mejora los guarismos generales del Ibex.

En el lado de los valores ganadores, volvió a aparecer Ferrovial. A la constructora de la familia Del Pino le sienta bien 2009, en apenas cinco sesiones se ha revalorizado un 24,3% sobre el cierre del pasado ejercicio.

Los números rojos también estuvieron presentes en el resto de índices españoles. Si bien el que agrupa a las pequeñas compañías sufrió menos que el resto. Se confirma así la apuesta de los inversores por las compañías de menor tamaño este año. El Ibex Small Caps ha ganado hasta ahora un 7,8%.

Lo que sí continuó recuperándose ayer fue la negociación. Los más de 4.300 millones que se movieron en el conjunto del mercado mejoran en 1.100 millones el volumen alcanzado el día anterior.

En los mercados del resto del continente, el que mejor capeó el temporal ayer fue el FTSE 100 londinense. Le ayudó que el Banco de Inglaterra rebajara los tipos de interés de la libra al nivel más bajo de su historia. Tampoco el crudo, que se pagaba a 44,6 dólares por barril, levantó ayer cabeza ante las malas expectativas económicas.

Por lo que respecta a la renta fija, ayer parece que los inversores lanzaron un aviso a navegantes. Alemania no logró cubrir los 6.000 millones de euros que lanzó al mercado y vendió sólo dos tercios de los bonos que pretendía.