España entregará a terceros países a los piratas que capture en Somalia

El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el próximo viernes la participación de España en la Operación Atalanta, la primera misión naval de la Unión Europea, dedicada a la lucha contra la piratería en el Cuerno de África. Si se cumplen los plazos previstos, la Comisión de Defensa del Congreso debería reunirse la semana que viene para dar su aprobación, de forma que la fragata Victoria podría zarpar a partir del próximo día 16.

En conjunto, la contribución española a la operación ascenderá a casi 400 militares, pues a los 200 tripulantes de la fragata (incluida una dotación de protección de Infantería de Marina) hay que sumar los 114 del petrolero Marqués de la Ensenada, que dará apoyo logístico a la flota europea, y el avión P-3 Orion que desde septiembre pasado está destacado en Yibuti.

A partir de abril, el capitán de navío español Juan Garat Caramé tomará por cuatro meses el mando de la flota europea, que actualmente ostenta un comodoro griego.

Aún está por resolver, sin embargo, uno de los asuntos más delicados: qué harán los marinos españoles si capturan a los piratas que amenazan el tráfico naval en la zona. La legislación española no contempla el delito de piratería. Aunque la reforma aprobada por el Consejo de Ministros en noviembre pasado tipifica esta conducta y la castiga hasta con 15 años de cárcel, pasarán muchos meses antes de que entre en vigor. Mientras tanto, según fuentes gubernamentales, España tendría que entregar a los piratas detenidos a los países que tengan tipificado este delito. En Europa, se puede juzgar en Francia, Alemania e Italia.

Pero fuentes de la UE admiten que ninguno de estos países está encantado con la idea de llevarse a los piratas somalíes a su territorio y, por eso, la Unión está buscando Estados en la región dispuestos a juzgar y encarcelar a los corsarios. Ante la caótica situación de Somalia, todas las miradas se dirigen hacia la vecina Kenia.

El pasado día 24, una fragata alemana de la flota europea protagonizó el primer enfrentamiento con los piratas cuando su helicóptero tuvo que abrir fuego para evitar el abordaje de un buque egipcio en el Golfo de Adén. Aunque varios corsarios fueron detenidos, se les puso en libertad después de confiscarles sus armas y equipos.