La furgoneta bomba de ETA estuvo dos horas mal aparcada ante la EITB
La banda usó en el atentado 100 kilos de amonitol, su explosivo más potente
ETA se empleó a fondo para causar el mayor daño posible en el atentado contra la sede de la televisión pública vasca (EITB) y otros medios de comunicación, en Bilbao. La bomba fue cebada con 100 kilos de amonitol, el explosivo casero más potente de los fabricados hasta ahora por la banda terrorista, y fue fabricada posiblemente en el taller de artefactos que ETA ha logrado reconstruir en Francia tras el desmantelamiento de su anterior centro operativo de Cahors. La furgoneta bomba, además, estuvo durante unas dos horas mal aparcada sobre la acera, sin que ni fuera multada ni la situación fuera denunciada por los servicios de seguridad del edificio.
El Departamento de Interior del Gobierno vasco confirmó que el explosivo es una mezcla de derivados del aluminio y de nitrometano, el combustible usado por los aviones de aeromodelismo. ETA robó 2.000 litros de esta sustancia en Lorette, en octubre de 2007. Este explosivo, por ejemplo, fue empleado en 1995 en un atentado contra un edificio gubernamental en Oklahoma City (EE UU), en el que murieron 168 personas.
Una mujer aparcó el vehículo, puso el temporizador y huyó con calma a pie
La furgoneta Citroën Jumpy, robada poco antes en la localidad vizcaína de Arrigorriaga, fue cargada con la bomba que los terroristas habían traído previamente de Francia -ya montada y sólo pendiente de activar el temporizador- en otro vehículo. La furgoneta con el artefacto fue aparcada junto a la sede de EITB a las nueve de la mañana por una mujer. La dejó mal estacionada, con dos ruedas subidas a la acera y pegada a la pared del edificio, tal y como demuestran los vídeos difundidos ayer por la televisión pública vasca. La mujer se fue caminando del lugar, y bajó unas escaleras que llevan hasta el barrio de Olabeaga, donde, según las investigaciones, fue recogida por los otros miembros del comando que iban en un Citroën C-2, que había sido robado a mano armada poco antes.
Durante las dos horas que mediaron entre la colocación de la furgoneta bomba y el estallido, que se produjo cinco minutos después de las once de la mañana y una vez que pudo ser desalojado el edificio, no hay constancia alguna de que los servicios de seguridad del edificio o la policía municipal de Bilbao se apercibieran o denunciaran la infracción de tráfico.
Los investigadores están convencidos de que el atentado es obra de los terroristas que han logrado escapar de los golpes asestados al comando Vizcaya, posiblemente capitaneados por Jurdan Martitegi. Éste se ha especializado en este tipo de atentados, en los que etaras actúan con gran rapidez e incluso temeridad. Los servicios de información tratan de determinar ahora si alguno de los etarras resultó herido al ser embestido por la conductora del vehículo que intentaron robar previamente. La mujer, presa del nerviosismo, aceleró en lugar de frenar y pudo haber golpeado a uno de los terroristas (dos hombres y una mujer) que participaron en la génesis del atentado.
Los servicios de limpieza habían recogido hasta ayer 27 toneladas de escombros del lugar del atentado, fundamentalmente cristales. Los trabajos de recogida de desechos se prolongarán aún varios días y las tareas de reparación, otros dos meses y medio.
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