"La gente se hace las mismas preguntas que los astrónomos"
¿Qué haría para interesar a una persona en la astronomía? "Le enseñaría una foto, y a partir de ahí podría explicarle muchas cosas porque ya estaría enganchado", contesta Rafael Rodrigo, convencido de que la belleza del cielo es irresistible para cualquiera. Mucha astronomía y mucho cielo vamos a tener en 2009 en decenas de países, ya que mañana empieza el Año Internacional de la Astronomía. Hasta hoy, Rodrigo, como presidente de la Comisión Nacional de Astronomía (es astrofísico y presidente del CSIC), ha sido el responsable de la preparación en España de este año internacional en el que participan 135 países. El lema es Acercar el universo a la Tierra, como una propuesta a la Unesco por parte de la Unión Astronómica Internacional en el 400 aniversario de la primera vez que alguien -Galileo Galilei-, utilizó el telescopio para mirar el cielo. De la coordinación del año en España se encarga Montse Villar. Y un comité, insiste Rodrigo en destacar.
"Hablar de galaxias enormes hace que te sientas más pequeñito"
"En realidad lo que se busca en los cuerpos celestes son trazas de vida"
Pregunta. Se suelen celebrar años internacionales cuando algo va mal o cuando se pretende llamar la atención sobre un problema. ¿Va mal la astronomía?
Respuesta. No, no va mal en absoluto. Es un año de celebración dedicado a acercar esta ciencia al ciudadano. La astronomía se divulga muy bien, pero no es sólo una ciencia básica sino que también genera tecnología, así que repercute en el conocimiento y en la economía. No hay ni un telescopio (en tierra o en el espacio), ni un instrumento astronómico, en que no participen astrónomos, ingenieros y empresas. Si la astronomía llega especialmente este año a la ciudadanía, no debe de hacerlo sola, sino con todo lo que arrastra.
P. ¿Entonces no se reclama nada, no hay deficiencias?
R. Hace falta mayor coordinación, sobre todo para las grandes instalaciones. En cuanto a España, ahora estamos en el Observatorio Europeo Austral [ESO, desde hace un par de años] y afortunadamente la coordinación que ese organismo supone empieza a funcionar también aquí. En la UE, donde se abordan las grandes instalaciones, la cooperación no ha explotado aún todo el potencial que tiene, pero el Año Internacional de la Astronomía no se hace para lograr más telescopios. Sería un error plantearlo así.
P. ¿En qué consiste este año?
R. Se inaugurará en París, en la sede de la Unesco, el 15 de enero, y luego habrá actividades de todo tipo en todo el mundo: desde charlas y actos de divulgación hasta jornadas de puertas abiertas en los telescopios, observaciones, actividades escolares... Y no sólo están implicados los astrónomos profesionales, también las sociedades de aficionados, los museos, las universidades, la Sociedad Española de Astronomía, etcétera.
P. ¿Se trata de mostrar el cielo a todos?
R. Sí. Y de paso recordar que el cielo ya no se ve ya desde las grandes ciudades por la contaminación lumínica. Es un problema cada vez mayor.
P. Dado lo mucho que ha avanzado en las últimas décadas el conocimiento del universo, ¿está al tanto el ciudadano de los descubrimientos, o aumenta la distancia entre lo que sabe la gente y lo que saben los científicos?
R. La gente está cada vez más interesada y más al tanto de los avances, te preguntan sobre los agujeros negros o las galaxias que chocan... Es cierto que para comprender algunas cosas hay que recurrir a tecnicismos, pero en general, el ciudadano no está alejado del conocimiento del universo, al contrario, cada vez se acerca más. La gente se hace a menudo las mismas preguntas que nos hacemos los astrónomos profesionales y el hecho de hablar de galaxias a distancias enormes hace que te sientas más pequeñito, pero también que empieces a hacerte preguntas sobre el origen de la vida, si somos únicos o no en el universo...
P. ¿Cuál cree que ha sido el descubrimiento astronómico más importante en las últimas décadas?
R. Tengo varios favoritos y es difícil decidir. Diría que las irregularidades del fondo cósmico de microondas, que cambian nuestro conocimiento del origen y la evolución del cosmos. También destacaría las interacciones entre galaxias. Es muy importante, y un campo con mucho futuro, el descubrimiento de planetas alrededor de otras estrellas, que ahora se han fotografiado. También destacaría la energía oscura de universo, la aceleración de la expansión.
P. ¿Y donde esperaría el siguiente gran hallazgo?
R. Sería clave la detección de agua en estado líquido en la superficie de algún cuerpo. En Marte hay indicios de que hubo agua líquida en la superficie hace miles de millones de años. Es fantástico, pero ahora no puede haberla; en Europa puede haber agua en la subsuperficie; Titán tiene océanos de metano, etano... pero no agua líquida. En realidad lo que se busca son trazas de vida: planetas similares a la Tierra con las dimensiones adecuadas, en la zona de habitabilidad en torno a su estrella y agua en la superficie. Eso sería un gran descubrimiento. Y no se trata de buscar marcianos, sino de obtener información sobre cómo se ha podido generar y desarrollar la vida.
P. Usted ha resaltado la tecnología que aporta esta ciencia, pero en realidad muchos inventos que se adjudican a los instrumentos astronómicos proceden de la industria de defensa.
R. Pero la astronomía fue la primera ciencia, por ejemplo, que cambió sus detectores de las placas fotográficas por esos nuevos dispositivos electrónicos, los CCD, que ahora incorporan todas las cámaras digitales. Casi siempre hay tecnologías de defensa previas, pero a menudo los primeros usos civiles son en astronomía. Imagine las telecomunicaciones actuales, los móviles y los satélites. Me dirá que también proceden de desarrollos militares, pero eran imprescindibles en la exploración planetaria con sondas espaciales, o en las misiones lunares. Y esas tecnologías están, en cierto modo, en la base de la telefonía móvil.
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