_
_
_
_
Reportaje:

Un ilustrado en la calle de Alcalá

La Real Academia de Bellas Artes evoca al conde de Floridablanca

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desvela desde ayer en la calle de Alcalá, 13, donde alza su palacio, la memoria de uno de los personajes más influyentes y, a la vez, más desconocidos, de la historia de España: José Moñino y Redondo, murciano e hidalgo, distinguido por sus méritos con el título de conde de Floridablanca. Este hombre, que dedicó su vida al Derecho -fue fiscal general del Consejo de Castilla- y a la Política, desde los más elevados cargos del Gobierno de la Monarquía hispana durante el reinado de Carlos III.

Una exposición patrocinada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, más el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Murcia, evoca en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la memoria de Floridablanca con un relato articulado en torno a 175 piezas, señaladamente pinturas de Goya, procedentes del Prado y 30 instituciones más, Giaquinto, Mengs, Bayeu, Houasse, Batoni..., más porcelanas chinas, de Meissen y del Buen Retiro; proyectos arquitectónicos; medallas del reinado carolingio; monedas de época; instrumentos astronómicos, documentos y correspondencia personal, oficial y secreta.

Informó la decisión de Carlos III de expulsar a la Compañía de Jesús

José Moñino había nacido en Murcia en 1728 en el seno de una familia hidalga, cuyo árbol genealógico la exposición muestra. Fue educado por los dominicos y ya desde joven, cobró notoriedad por su cultura ilustrada, que moldearía una personalidad impar.

Moñino vertebró lo que sería el embrión del Consejo de Ministros y, desde su cúspide, emprendió una modernización de España mediante la generalización de las llamadas ciencias útiles, por oposición a la arcaizante rigidez escolástica que atenazaba a las universidades; racionalizó la agricultura; impulsó las Sociedades Económicas de Amigos del País; creó el Banco de San Carlos, precedente del Banco de España; erradicó la mendicidad, y promovió la arquitectura civil y la política hidráulica.

Como estadista, mantuvo la participación de España en el apoyo a los revolucionarios norteamericanos en su lucha por emanciparse de la corona británica; así, la exposición muestra la misiva del conde de Aranda al valido real Grimaldi sobre sus conversaciones secretas en París con Benjamin Franklin. A Moñino correspondió informar la Pragmática sanción regia de extinción de la Compañía de Jesús en 1767 -previamente lo habían decidido Portugal y Francia- y justificarla, además, como embajador de España ante el papa Clemente XIV. Floridablanca, formado en el espíritu de la Ilustración y afín a los ideólogos de la Enciclopedia más regalista acérrimo, perdió su compostura moderada con el estallido de la Revolución Francesa: reprimió con saña a otros ilustrados, como Francisco Cabarrús y Jovellanos. Pero también él conoció la desgracia política y fue encarcelado en la ciudadela de Pamplona. Rehabilitado luego, su prestigio y patriotismo le encumbraron a la presidencia de la Junta Central Suprema contra la invasión napoleónica, pero murió en diciembre de 1808, bicentenario que esta exposición conmemora.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Floridablanca, la utopía reformadora. De martes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00. Lunes, sábados, domingos y festivos, de 10.00 a 14.00. Cerrado: 24, 25 y 31 de diciembre y el 1 y 6 de enero. Museo de la Real Academia de Bellas Artes. Alcalá, 13. Gratis.

José Moñino y Redondo, retratado por Goya.
José Moñino y Redondo, retratado por Goya.MUSEO DEL PRADO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_