"Aldo Moro murió tirado como un perro"
Mirar a los ojos de Michele Placido (Ascoli Satriano, 1946) es verse reflejado en la historia del audiovisual italiano de los últimos 35 años. Placido es para los televidentes el comisario Corrado Cattani de la serie La Piovra y para los cinéfilos, el actor de Lamerica. "Como he trabajado con Rosi, Monicelli, Bellocchio... Bueno, y porque ya soy mayor". Por si fuera poco, y compaginándolo con su carrera como director de teatro, Romanzo criminale es su octava película como realizador -y ya hay una novena, Il gran sogno-.
Durezas de la distribución, Romanzo criminale llega a España tres años después de su estreno en Italia y por tanto, aparece en las carteleras españolas tras Il Divo y Gomorra. Un factor importante, porque es un prólogo -y no un epílogo- de este cine italiano comprometido, basado en hechos reales y que demuestra que todo huele a podrido en Italia. Placido arranca una de sus respuestas río, y no admite interrupciones. "Tenemos un cine civil, basado en temas políticos, del que sin duda su gran padrino es Francesco Rosi. Todos estos directores como Garrone [Gomorra], Sorrentino [Il Divo] y Nanni Moretti son hijos de Rosi. Por mi edad, yo soy su hermano pequeño [y echa a reír]. Nuestro problema como nación es la relación entre la política y la Mafia. Los cineastas debemos mostrarlo y al público le interesa: el cine civil es el género que ha dado nueva energía -no digo renacimiento, que no estábamos muertos- a la industria italiana". Curiosamente, Sorrentino, Garrone y Placido actuaban los tres en El caimán, la visión de Nanni Moretti de la presidencia de Silvio Berlusconi. "Y también compartimos director de fotografía", remata sobre estas coincidencias.
"Nuestro problema en Italia es la relación entre la Mafia y la política"
Su Romanzo criminale recrea las auténticas andanzas de una banda romana de criminales que llegó a cometer atentados por orden de los servicios secretos que, según la novela del juez Giancarlo de Cataldo (editada en España por Roca Editorial) en la que se basa el guión, también estaban detrás de la muerte del presidente de la Democracia Cristiana Aldo Moro. "Seguimos la tesis del magistrado. No creo que fuera así, pero sí que fue abandonado como un perro. Nadie quería que el Partido Comunista llegara al Gobierno y usaron para ello su asesinato". Por supuesto, en la dilatada carrera de Placido también le ha tocado encarnar al político en el telefilme Aldo Moro, Il presidente. "Yo no pararé de trabajar. Chéjov decía que hay que trabajar porque debemos dejar cosas para las siguientes generaciones. Pero más que trabajo, yo hablaría de pasiones. Dirijo un pequeño teatro en la Calabria, en un pueblo olvidado de Dios, y ahí está mi corazón. Y en dirigir: me fatiga mucho, pero me motiva más". No está mal para alguien que en 1968, y para pagarse en Roma los estudios de interpretación, trabajó en una comisaría. Placido disfruta de la ironía. "Eran justo los tiempos de pegarse con la policía... y yo estaba en el otro lado".
Babelia
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