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Reportaje:

La fiesta trajo por fin el sol

La feria de Santo Tomás volvió a atraer a decenas de miles de ciudadanos en Bilbao

El País

Si la afluencia a la feria de Santo Tomás de Bilbao se midiese sólo por los kilos de harina de maíz consumidos y las ristras de chorizo degustadas, la de ayer, sin duda, resultó de nuevo todo un éxito. Los miles de ciudadanos que se acercaron al mercado agrícola se decantaron por el clásico talo con chorizo que degustaban en solitario, en pareja o en familia en El Arenal o en la Plaza Nueva. Decenas de miles de personas acudieron con buen tiempo a la ya tradicional cita previa a la Navidad con un día de adelanto respecto a lo que marca el calendario para evitar el domingo.

Un total de 140 productores (siete más que el año pasado) distribuidos en 286 puestos (11 más) exhibieron y vendieron lo más selecto de sus caseríos: hortalizas, legumbres, quesos, miel, pan, plantas y flores, dulces, animales vivos,... Los asistentes aprovecharon la tregua que dio la lluvia después de semanas de mal tiempo para disfrutar de la calle de la jornada festiva. Quizá por ello el sol resultó la más apreciada de las novedades de este Santo Tomás adelantado.

Los mimos, las bandas callejeras con música en vivo, los puestos, las danzas tradicionales, los bertsolaris, la trikitritxa,... Fue un día cargado con los tópicos y tradiciones del mundo rural en pleno centro de una ciudad de más de 350.000 habitantes. Se vieron pocas boinas y pocos trajes populares y mucho abrigo cerrado hasta arriba, porque la ausencia de lluvia y el tibio sol no lograron llevarse los fríos del final del otoño.

- La guardería. Al olor del talo con chorizo le acompañaba el descorche de botellas de txakoli de Vizcaya o sidra, las dos bebidas casi oficiales de la fiesta. Nada más llegar a El Arenal, por donde el tranvía tenía que circular con especial precaución ante el amasijo de paseantes, esperaba la novedad que los organizadores, la BBK, habían preparado este año en ayuda y auxilio de los padres, un servicio de guardería, cuyas 90 plazas estuvieron llenas durante todo el día de niños que por allí iban pasando.Distribuidos en tres grupos por edades, los chavales de entre dos y ocho años podían pasar allí dos horas. Tras los juegos y con la cara pintada se llevaban un colorido árbol de navidad de cartón para montar en casa.

Entre el bullicio chocaba toparse con Zuri, una vaca de raza charolesa criada en Mungia de 1.300 kilos y aspirante a récord Guinness. Su comprador, Carnicería Jon, de Erandio, le puso un cartel como reclamo publicitario. El criador, Iñaki Lopategi, aseguró que el animal "no vale para parir", por lo que será sacrificada en enero. El paso lento de la res no se distraía ni con el muérdago para decoración navideña o para la poción mágica del druida Panoramix que se vendía en mucho puestos.

Pasear entre las casetas resultaba complicado y se oían frases como "Vamos aita" o "¿Dónde ha ido Luis?" Entre el bullicio, la "marabunta", en palabras de una paseante, resultaba fácil perderse. No había mucha variedad entre una zona y otra del recinto ferial. Si la cola frente a una caseta era un poco más larga de lo normal, es que los organizadores regalaban un calendario u otro presente.

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- Ocho premios. Colarse entre empujones por una de las angostas puertas de la Plaza Nueva, permitía descubrir más puestos rurales y un escenario donde se tocaba la txalaparta. A él subido, el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, presidió la entrega de los premios en ocho categorías (frutas, hortalizas, queso, pan, txakoli, miel, animales y joven productor). El premio no sólo reconocía al género llevado ayer a Bilbao, sino a la albor en las múltiples ferias que los productores han recorrido año a año.

El pequeño escenario estaba rodeado por más puestos. Probablemente el más frecuentado fue el de los capones. A 30 euros el ejemplar, no parecía vender mucho, aunque con todos los animales sobre un mostrador y atados por una pata suponían un curioso reclamo para los visitantes. Si algún ave peleaba con una compañera y se caía de la tabla un cuidador con guantes la volvía a colocar.

Con estas aves, Juan Antonio Zabala, de Getxo, repitió un año más su premio en la sección de animales vivos. Posó orgulloso frente a los bichos con su trofeo y el sobre con 300 euros que le acompañaba. Mientras se dejaba retratar, firme y orgulloso, el público desfilaba sacando fotos. Se podían tocar las plumas y hasta los picos, pero los más avispados echaban mano a las patas y exclamaban: "Buenos muslos". Sus pensamientos no se dirigían al colorido plumaje, como los de los niños, sino a la cazuela.

El grupo Oskorri fue el encargado de poner punto final a la fiesta con un concierto a las 19.30 en la plaza Pío Baroja, con el que cerró su serie The pub ibiltaria, una colección de 13 discos nacida en 1996 y grabada siempre en Bilbao en la celebración de Santo Tomás.

- Sin autobús. El buen desarrollo de la feria contó con un único inconveniente, un menor número de autobuses urbanos para poder desplazarse al recinto festivo por la huelga de Bilbobus, que el reforzamiento del servicio del metro pudo compensar.

Veolia, la empresa adjudicataria del servicio, criticó la actuación de "piquetes violentos" que impidieron la salida de los autocares de servicios mínimos. La compañía lamentó en un comunicado que, "a pesar de todas las previsiones y preparación para prestar con normalidad los servicios mínimos" organizados con el Ayuntamiento y decretados por el Gobierno, éstos no se pudieron mantener.

"Los componentes de dichos piquetes han bloqueado las salidas con autobuses: desinflando las ruedas, rompiendo los frenos de emergencia, han sustraído las llaves de contacto de los vehículos, han roto los cierres electrónicos de las puertas, enfrentándose además con las dotaciones de Policía Municipal destacadas en las cocheras", señaló en un comunicado.

La capital vizcaína cede hoy el testigo a San Sebastián, cuya feria de Santo Tomás contará con 202 puestos y la presencia destacada de Doña Korkona, una cerda de 315 kilos en canal que se mostrará en la plaza de la Constitución

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