1.500 agricultores exigen el uso para riego de El Fondo de Elche

Más de 1.500 ilicitanos salieron ayer a la calle en una manifestación convocada por la comunidad de regantes Riegos de Levante contra la prohibición del uso del agua de los embalses de el Fondo de Elche para regar. El paraje natural es propiedad de la comunidad de regantes pero su uso está regulado por las leyes de zonas húmedas y parajes naturales. La Consejería de Medio Ambiente y los regantes han trabajado de forma coordinada durante años, pero en la actualidad las relaciones están rotas. Pese a ello, según explicó ayer el presidente de Riegos de Levante, Manuel Serrano, la protesta discurrió en un ambiente menos beligerante ya que han presentado un proyecto al Consell "en el que nos comprometemos a mantener un caudal de agua permanente" y que confían en que se acepte. El problema es la dificultad de combinar los usos tradicionales de riego, caza y pesca en el humedal con la protección del entorno y de las especies, muchas en peligro de extinción, que habitan en este paraje.

Un decreto prohíbe introducir o sacar agua entre febrero y septiembre

La relación entre la Generalitat y los regantes, propietarios del Fondo, es muy tensa desde hace varios años. Y en enero se rompió con la expulsión de técnicos de Medio Ambiente que hacían trabajos de investigación en el paraje y el cambio de cerraduras de las puertas, porque les negaron la posibilidad de llenar los embalses con agua de la crecida del río Segura. Los regantes renunciaron a la subvención anual de más de 800.000 euros para mantener el humedal y empezaron las disputas que han acabado en esta confrontación.

La gota que ha colmado el vaso fue la imputación por un presunto delito ecológico del gerente de Riegos de Levante, José Manuel Miralles. Los agricultores exigen que se modifique el decreto de protección de la malvasía cabeciblanca, que ha originado la imputación. El decreto impide introducir o extraer agua de El Fondo entre febrero y septiembre parar propiciar un hábitat estable para que este pato anide y crezcan los polluelos. Los regantes desconocían la norma cuando en junio de 2005, ante la fuerte sequía, el gerente ordenó desembalsar 300.000 metros cúbicos de agua.

Ángel Urbina, portavoz de los regantes, aboga por coordinar los usos tradicionales y con el desarrollo sostenible del paraje, pero denuncia que el Consell no ha contado con ellos para elaborar un decreto "que no tiene ninguna utilidad". Urbina explica que si no entra y sale agua de las charcas del humedal "se estancan y acaban convirtiéndose en un foco de enfermedades para las aves como ha pasado con el botulismo en dos ocasiones, la última, este pasado verano".