EE UU prepara una bancarrota "ordenada" de GM y Chrysler
Las compañías ajustan la producción a la espera de una solución que evite el colapso antes de Navidad
La industria del automóvil en EE UU afronta horas críticas, que pueden materializarse en un cambio radical en su estructura. La Casa Blanca está considerando la posibilidad de proceder a una bancarrota "ordenada" de los gigantes de Detroit para poder lidiar así con sus problemas e inyectarles capital con el que puedan llevar adelante su reestructuración. Esa ayuda pública podría llegar antes de Navidad.
El tiempo pasa sin que llegue el ansiado balón de oxígeno desde Washington. Y para limitar al máximo los costes, las compañías dan pasos cruciales para ajustar sus líneas de producción a la cruda realidad. General Motors anunció la semana pasada que paralizaba temporalmente el 30% de la capacidad, lo que afectará a 20 plantas. Ford Motor cerrará una decena y, según el Detroit News, suspenderá la producción durante tres semanas en Navidad (habitualmente para dos), mientras que Chrysler parará un mes.
GM niega estar negociando de nuevo la fusión con Chrysler
La negativa del Senado de EE UU a autorizar un crédito puente de 14.000 millones de dólares hizo temer por un colapso inmediato de GM y de Chrysler, que arrastraría con Ford, distribuidores de piezas y concesionarios que trabajan con marcas domésticas. La pelota está ahora sobre el tejado del Despacho Oval. "El presidente no va a permitir un colapso desordenado de las compañías", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino.
La Administración Bush habla de un "colapso caótico" si se llega a ese extremo. Pero Perino introdujo un matiz importante al afirmar que "hay una manera ordenada para ejecutar la bancarrota". La vía de la suspensión de pagos está sobre la mesa y Bush quiere tener algo concreto para el 25 de diciembre.
Las discusiones entre Washington y Detroit continúan para encontrar una fórmula que salve el negocio. La semana pasada, tras el bloqueo en el Capitolio, se dijo que esa inyección podría ejecutarse recurriendo a los 15.000 millones que quedan sin utilizar del primer tramo de 350.000 millones autorizados por el Congreso para estabilizar el sector financiero. Un canal que el Tesoro había negado. El pacto de la bancarrota no es sencillo, porque debe ser aceptado antes por los acreedores de las dos compañías y el sindicato del automóvil. Perino no quiso especificar las causas que retrasan el lanzamiento del plan de rescate, y evitó dar fechas sobre cuándo podría estar lista la ayuda.
Entretanto, GM negó ayer que haya retomado las negociaciones para fusionarse con Chrysler. Las dos automovilísticas necesitan dinero urgente para cubrir las operaciones básicas y pagar las facturas. La situación de Ford no es tan urgente, por lo que no entraría en el paquete.
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