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Reportaje:Apuntes

Evolución en la Universitat

La Facultad de Biología solicita doblar su número de carreras implantando Biomedicina y Biotecnología, que le fue negada por la Generalitat en 2004

Ignacio Zafra

Protestas aparte, las universidades siguen el camino de adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Todos los centros trabajan en la creación de las nuevas titulaciones, los grados, que sustituirán a las licenciaturas, diplomaturas e ingenierías y se pondrán en marcha entre el curso que viene y el siguiente (2010 es la fecha límite fijada por el Gobierno). Pero no todos los cambios son iguales: la Facultad de Biología de la Universitat de València está embarcada en una transformación mayúscula: planea doblar el número de carreras para, según el decano, Vicente Roca, "situarnos en el siglo XXI". A los títulos que ya existen (Biología y Ciencias Ambientales), el centro quiere añadir otros dos: el grado en Biotecnología, y el grado en Bioquímica y Biomedicina.

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"Las ramas clásicas de las ciencias de la vida siguen vigentes. Pero en los últimos 25 años las biociencias moleculares han crecido de forma espectacular. Después de las tecnologías de la información y la comunicación, son probablemente las que más han crecido, y no podíamos quedarnos atrás", dice Roca en su despacho que, como casi todo el campus de Burjassot, conserva un aire de los años setenta.

Como muchas de las reformas que tienden a resumirse en el concepto Bolonia, la introducción de las dos nuevas carreras (Bioquímica ya se impartía, pero sólo como segundo ciclo) es, en realidad, un proceso que ha ido en paralelo a la convergencia europea. Hace ya cuatro años, la Universitat de València solicitó implantar Biotecnología. La Politécnica también. La Generalitat se la concedió finalmente a la segunda. Unas semanas más tarde su rector, Justo Nieto, fue integrado como consejero en el Gobierno de Francisco Camps. Después vino la moratoria a la creación de nuevas carreras, establecida por el Ejecutivo hasta que no acabara la reforma de las titulaciones (lo que impidió, entre otras cosas, que la Católica implantase Medicina en primera instancia). Y la pretensión de la Universitat de València tuvo que hibernar. Hasta ahora.

En la jerga de los biotecnólogos, la disciplina se divide básicamente en tres líneas. La roja, referida a la aplicación médica (y que en el caso de la Universitat de València compartirá grado con Bioquímica). La verde, que es la biología molecular de plantas, con aplicaciones agrícolas. Y la blanca, relativa a los procesos industriales.

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La nueva política universitaria ha eliminado el listado cerrado de carreras. Eso significa que, en principio, las universidades son libres para implantar las carreras que quieran, siempre que pasen los filtros de la agencia estatal de acreditación (Aneca), y obtengan el visto bueno del Consejo de Universidades y de su Gobierno autonómico. Para reducir la dispersión, los decanos españoles de facultades de Biología se reunieron recientemente para marcar unos contenidos mínimos comunes a todas las futuras carreras, aunque cada una las organizará como quiera (en algún centro, Biotecnología y Biomedicina, por ejemplo, formarán un solo grado).

Suponiendo que las solicitudes de la Universitat cumplan los requisitos de la Aneca y sean aprobadas por el Consejo de Universidades, quedará un escalón: el Consell, que hace cuatro años rechazó la petición de Biotecnología, y que tendrá que sopesar si es conveniente que la misma carrera se enseñe en las dos universidades públicas de Valencia. Roca confía en que no habrá problemas: "Hay demanda, hay salidas laborales y es una apuesta estratégica importante".

Los nuevos grados, prosigue, harán más sencillo un camino que muchos alumnos ya recorren: estudian Biología y se especializan después en esas disciplinas. La facultad no prevé que el aumento de carreras conlleve un crecimiento de alumnos: tendrá más o menos los mismos, pero repartidos en cuatro grados. Y, respetando el derecho a terminar la carrera con los planes de estudio que han empezado, prefiere que la transición al nuevo modelo se complete cuanto antes: "Si puede ser en dos años, mejor que en tres".

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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