A Coruña mantiene paralizado el plan para eliminar la simbología franquista
El grupo de trabajo que eligió el alcalde ni siquiera ha celebrado su primera reunión
Un año después de entrar en vigor la Ley de la Memoria Histórica que obliga a retirar toda simbología de los instigadores de la sublevación militar de 1936 y de la dictadura franquista, en A Coruña siguen paralizados los tímidos pasos dados hasta el momento para cumplir con esa norma. Plagada de símbolos y homenajes a los represores, la capital provincial mantiene diez monumentos o placas dedicadas a golpistas y fieles de Franco, 31 nombres de calles y avenidas así como cinco colegios públicos. Eso sin contar con que el Caudillo, a quien le acaban de retirar todos los títulos honoríficos en su ciudad natal de Ferrol, continúa formalmente siendo alcalde honorario de A Coruña, medalla de oro de la ciudad e "hijo adoptivo y predilectísimo".
"Hay que acabar con esta vergüenza de inmediato, pero la desidia del Gobierno municipal es total, no tiene ninguna prisa por cumplir la ley", denunció ayer el presidente de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica (CRMH) de A Coruña, Manuel Monge. Es uno de los cinco "expertos" designados por el alcalde, el socialista Javier Losada, para proponer cuándo y cómo se retirará de las calles y edificios públicos de la ciudad toda simbología franquista. Un grupo de trabajo creado hace más de dos meses que ni ha tenido su primera reunión, ni tampoco fecha marcada, denunció Monge.
"Parece que en el ayuntamiento agrada que A Coruña aparezca como capital del franquismo en España", sugirió el presidente del colectivo que, para adelantar trabajo, ya elaboró un detallado informe sobre los símbolos que deberían ser retirados. Y la CRMH exige que, dado el retraso acumulado y la falta de iniciativa, se haga "de forma solemne y de una vez todo junto" en un pleno municipal.
Junto a Manuel Monge, integran la comisión historiadores, un catedrático de Derecho Constitucional y un sociólogo. Pero la decisión final será de una comisión municipal, la de Honores y Distinciones, que integran PSOE, PP y BNG. Ahí sigue en el centro de la ciudad la única estatua en España de Millán Astray, fundador de la Legión. Y para la CRMH es escandaloso que aún cinco escuelas públicas tengan nombres de franquistas. No es competencia del ayuntamiento cambiarlos, sino de la Consellería de Educación, destacó Monge. Con Fraga, recordó, sí se cambió un centro que llevaba el nombre del presidente de la Diputación en la dictadura: fue rebautizado como Urbano Lugrís.
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