El auge en la llegada de inmigrantes evita que Bilbao pierda población
La ciudad supera los 25.000 extranjeros tras doblar su número en cuatro años
Si Bilbao aplicase a su política migratoria el mismo criterio que sigue el Athletic a la hora de incorporar futbolistas, la capital vizcaína habría perdido más de 10.000 habitantes en los cuatro últimos años. Sin embargo, los requisitos para afincarse y labrarse un futuro en la villa no resultan tan estrictos como los demandados para calarse la camiseta rojiblanca y jugar como local en San Mamés. Esta circunstancia ha posibilitado que, mientras el Athletic sigue fiel a su filosofía, la cifra de extranjeros empadronados en Bilbao haya superado por primera vez la barrera de las 25.000 personas. En los cuatro últimos años, el número de inmigrantes residentes en la ciudad se ha duplicado, pasando de los 13.049 censados en 2004 a los 25.263 empadronados a 1 de enero pasado. Cada año, salvo en 2006, más de 3.000 extranjeros se han instalado en la villa, a una media de ocho por día.
La nacionalidad más numerosa es la boliviana, con 4.666 personas
"La inmigración no es caótica. Atiende las necesidades de la sociedad local"
Este incremento en el número de foráneos ha compensado el notable descenso registrado en el número de habitantes autóctonos, que ha menguado en 10.531 personas desde 2004. Consecuentemente, el peso de las personas extranjeras en la población de Bilbao ha experimentado un notable incremento en el citado periodo. Si en 2004 los inmigrantes suponían el 3,7% de la población bilbaína, en 2008 representan ya el 7,1%. Esta tasa supera con creces la media del País Vasco, donde la población foránea supone un 5,4% de la población. No obstante, se halla aún lejos de la media del conjunto de España, donde la tasa de inmigrantes supera el 11%.
De entre las 131 nacionalidades establecidas en Bilbao, los bolivianos forman, por primera vez, la colonia más numerosa, desbancando de ese lugar a la colombiana. Frente a los 500 empadronados en 2002, un total de 4.666 bolivianos residían en la capital vizcaína a primeros de año (un 18,5% del total de inmigrantes), un 16,6% más que en 2007. Tras los 3.683 colombianos censados, en tercer lugar figuran los rumanos, un 7,8% del total de inmigrantes.
El 58,7% de los extranjeros afincados en Bilbao procede de Latinoamérica, un 18,1% de África y un 15,5%, de Europa. Los asiáticos suponen un 6,1%, la inmensa mayoría chinos.
"Contra lo que dicen los clichés, los movimientos migratorios en absoluto son caóticos, sino que se ajustan con precisión suiza a las necesidades de la sociedad receptora", asegura Xabier Aierdi, sociólogo de la UPV. Aierdi y la concejal de Igualdad, Cooperación y Ciudadanía, Nekane Alonso, presentaron ayer el Grupo de Apoyo Local Urbact (GALU) Bilbao, como parte del Proyecto Open Cities, una iniciativa que surge para promover una actitud integradora hacia otras culturas.
Aierdi destacó que la prevalencia de la inmigración suramericana en Bilbao está íntimamente ligada a la principal necesidad de la clase media autóctona, que es la asistencia en el hogar, muy demandada a raíz de la incorporación de la mujer al mercado laboral, y la atención de las personas mayores y discapacitadas.
"Esto explica que, mientras en comunidades como Navarra, donde el campo es el principal demandante de mano de obra extranjera, predominan los jóvenes magrebíes y los europeos del Este por su fortaleza física, en Bilbao el 34% de los inmigrantes sean sudamericanas", dijo Aierdi, "Ellas son las preferidas a la hora de desempeñar labores domésticas y asistenciales". El idioma, un carácter más dócil y afable que otras culturas y sus menores pretensiones económicas convierten a las mujeres bolivianas y colombianas en las más demandadas para desempeñar esas labores.
"El 'corralito' argentino nos trajo hasta aquí"
"Cuando llegué a Bilbao, en 1997, me costó dos años encontrar una boliviana, y mira que la busqué". Jaime Núñez tiene 44 años. Es originario del departamento minero de Oruro, del altiplano, como tantos otros, pero no es un emigrante más. No llegó a Bilbao impulsado por motivaciones económicas, sino académicas: becado por el Gobierno vasco, se doctoró en Ingeniería de Materiales por la UPV. Echó raíces y en 2001 creó la Asociación de Residentes Bolivianos de Vizcaya, que preside.
En 2002, según los datos facilitados ayer por el Ayuntamiento de Bilbao, residían en la villa 500 bolivianos. En seis años, su presencia se ha multiplicado por seis, hasta el punto de convertirse en la primera nacionalidad extranjera en la ciudad. "El boom de la llegada de los bolivianos a España se produjo en 2002 y 2003, a raíz del corralito financiero de Argentina", explica Núñez. "Argentina ha sido históricamente el país al que de forma mayoritaria emigraron los bolivianos. Al quedarse sin ahorros, muchos volvieron a Bolivia, pero la situación era allí casi peor, así que muchísimos optaron por probar fortuna en España".
En los cinco últimos años 600.000 bolivianos han abandonado su país por razones económicas: la mitad eligió España como destino. "El segundo boom se registró a primeros de 2006, cuando se anunció que a partir del 1 de abril de ese año sería necesario un visado para entrar en España. En aquellos meses se fletaron aviones y aviones llenos de familiares, parejas y amigos de bolivianos ya establecido aquí", precisa Núñez.
El retrato-robot del boliviano afincado en Bilbao es el de una mujer de 28 años, con dos o tres hijos y empleada del hogar. "Ella viene primero, animada por familiares o amigas. Unas optan por reagrupar a la familia, pero otras rompen su relación al verse generadoras de ingresos y, por tanto, libres de la sumisión a sus maridos", dice Núñez.
Una boliviana empleada a tiempo completo en un hogar bilbaíno viene a ganar entre 750 y 800 euros mensuales, cantidad que se cotiza a la baja desde el estallido de la crisis. Por lo general, el hombre boliviano se emplea en la construcción, la carpintería o la fontanería. "Claro que estamos notando la crisis. Por primera vez, muchos bolivianos con los papeles en regla están regresando a su país, y sólo sacan el billete de ida".
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