Sony anuncia ahora 275 despidos en Viladecavalls
La multinacional japonesa también quiere recortar algunos sueldos
Donde dije digo, digo Diego. Sony, que la semana pasada, tras una visita del presidente del Gobierno catalán, José Montilla, al cuartel general de la multinacional, en Tokio (Japón), planteó congelar el sueldo a los 1.200 trabajadores con contrato fijo que tiene en la fábrica de Barcelona como alternativa a 275 despidos, felicitó ayer las fiestas a la plantilla -fue el último día de trabajo, hasta el 7 de enero- con el anuncio de un expediente de regulación de empleo (ERE) para 275 personas, el 23% de la plantilla.
Los despidos forman parte de un paquete de medidas "necesarias para mantener a corto plazo la viabilidad del centro de Barcelona", dedicado a la fabricación de televisores LCD (de pantalla plana), "ante un entorno económico complicado", explicó la empresa en un comunicado oficial.
El sindicato USOC recordó ayer que alrededor de un centenar de trabajadores han abandonado la empresa en lo que llevamos de año a través de bajas voluntarias.
Las otras medidas que propone el gigante de la electrónica de consumo son aplicar una cláusula para no llevar a cabo el incremento salarial del convenio del metal de la provincia de Barcelona, que se traducirá en una congelación salarial para todos los trabajadores, tal como planteó la semana pasada, y "la reducción del 15% del sueldo para aquellos que cobren el 20% más de lo que marca dicho convenio", informó el responsable de la UGT en Sony, Jordi Martínez. Los sindicatos no supieron ayer cuantificar el impacto y la empresa ni lo menciona en el comunicado.
"Traición" y "aberración"
Los sindicatos se habían mostrado dispuestos a hablar de congelación salarial, puesto que los sueldos en Sony están por encima del convenio (establece entre 1.145 y 1.352 euros brutos al mes, en función de la categoría), algo que el director general de la filial en España de la multinacional, Pedro Navarrete, asegura que lastra la competitividad de la planta catalana.
Lo que no se esperaban es una medida tan drástica, que llega "después de cinco meses de negociaciones con los sindicatos sin llegar a un acuerdo sobre el plan de viabilidad", arguye. La plantilla de Sony se manifestó el sábado, justamente, ante la "negativa de la dirección a presentar un plan".
Los sindicatos se sienten "engañados". El secretario general de la UGT de Cataluña, Josep Maria Álvarez, tachó la medida de "traición", "indecencia" y "tomadura de pelo", y advirtió de que la marca puede verse perjudicada, y Comisiones Obreras calificó de "aberración" que Sony haya planteado el reajuste "a las puertas de las vacaciones de Navidad".
El consejero de Innovación, Universidades y Empresa, Josep Huguet, declaró ayer que "es peor un cierre" y recordó, como hizo hace una semana el presidente Montilla, que las cosas están "muy difíciles", especialmente para los sectores de la automoción y de la electrónica de consumo". No obstante, el Gobierno catalán confía en que Sony utilice esta medida como elemento de presión durante las negociaciones con los sindicatos sobre el plan de viabilidad, pero que no la termine ejecutando, según fuentes de la Generalitat.
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